La cantaleta de Arturo Sanmiguel es que no hay dinero, pero al igual que con Rivas, es difícil comprender a dónde se han ido los recursos, si prácticamente no se ha hecho nada.
Cancelaron el proyecto del “megaparque” para redirigir los recursos, lo que en teoría está bien, pero ahora su postura es que como quiera no hay dinero para nada, tan así que hasta cancelaron la rifa del carro para los maestros; claro que en las campañas había dinero para aventar para arriba.
Sus argumentos son sumamente cuestionables, pues dice que la vacunación le ha costado mucho al Municipio, pero si bien es un gasto operativo, tampoco es como si hubieran comprado las vacunas, prácticamente sólo pusieron los puntos de vacunación y pues prender el aire acondicionado.
Dice también que los daños de la tormenta también les ha costado, pero en la ciudad aún se ven semáforos caídos o faltantes, árboles en las banquetas que llevan más de un mes sin que nadie pase por ellas, en fin, tampoco se ve que le hayan invertido a eso.
Lo curioso es que las campañas del PAN fueron las más ostentosas y para eso sí hubo dinero sin escatimar, echaron la casa por la ventana para saturar la ciudad de espectaculares, camisetas, lonas y las redes sociales a más no poder, pues uno no podía ver un video de YouTube o navegar en sitios web o de redes sociales sin que le saliera a cada rato un anunciote de Yahleel.
Nuevo Laredo tiene un presupuesto envidiable que no se vio reflejado en los últimos cinco años, especialmente éste, pues para el ciudadano común es claro que todo se invirtió en las campañas panistas, ahí sí se vio el dinero, prácticamente tirado a la basura, pues salvo algunas camisetas que la gente utilizará como pijamas o trapos para lavar el carro, todo lo demás no tuvo utilidad alguna.
En las calles es seguro que tampoco se ha invertido, pues los parches que pusieron días antes de que arrancaran las campañas fueron hechos tan al vapor que ya quedaron igual que antes, prácticamente como si no hubieran hecho nada, en fin, otro gasto inútil, por eso dicen que lo barato sale caro.
