Política

Son más buenas que malas

Por Mauricio Belloc

Quien diga que en Tamaulipas puras malas nuevas, se equivoca, nuestro Estado no es sólo el naranja tirándole a púrpura del semáforo Covid-19, ni los 19 a 24 asesinados en Reynosa el sábado 19, ni “El Moderno y Aún Más Desaparecedor Triángulo de Las Bermudas en la Monterrey-Laredo”.


Tamaulipas no sólo es el Estado de dos gobernadores presos por rateros y mafiosos, así como un tercero que está por caer debido a lo mismo o que ya debería estar encerrado; más otros dos que se salvaron por viejos marranos muy trompudos y porque la corrupción galopante los arropó.


Nuestro Estado no es únicamente la tierra de un Congreso local entregado y a modo, que fue puesto por el grupo malo en el poder, para que legislativamente les proteja y le allane el camino y les abra la puerta para otras marranadas, como aprobar el contraer impagable y criminal deuda pública, o para que levante la manos para las ventas, concesiones, permisos para los amigos de fuera o de dentro, simples prestanombres; o para abrigar a gobernantes bandidos, blindar salidas, corregir entuertos o reforzar porquerías que se idean desde el ejecutivo, pero que por ley, es el legislativo quien las tiene que palomear.


Nuestro Estado no es sólo el combo completo (hamburguesas, papas y refresco) con un cuadro chico o “Club de Tobi” conformado por esa trinca infernal llamada “Ejecutivo-Legislativo-Judicial” bien compenetrado, tan compenetrado que es una sola persona, ¿cuál separación de poderes?

Tamaulipas no es sólo una tierra de atropellos, donde se importa a un “fiscal carnal” con un pasado tan oscuro como el del propio goberladrón que le trajo.


Ni es un terruño donde el que se supone que manda (mejor digamos que encabeza) la administración de la justicia, tiene un “corrido” más sucio que el mismo wey que le impuso; otro tipejo que es parte de aquellos innombrables a los que no se puede mencionar ni de broma, so pena de que te cargue el payaso.

TAMAULIPAS NO ES SÓLO…


Una tierra donde el rubro salud sea insalubre, ni la educación sea letra muerta, donde los números de una y de otra sean rojos alarmantes o negros, de oscuro o de luto, ni una comunidad donde ni en una ni en otra se hace nada por brindarle a su pobre pueblo, esos dos servicios sociales que toda civilización requiere no sólo para poder salir adelante, sino que también para tener los mínimos visos de superación.


Nuestro Estado no es como el meme ese que anda circulando ahora en redes sociales, del anuncio de aviso de ocasiones o de bienes raíces: VENDEDOR.- “Se vende un casa en mal estado”, y la otra parte interesada cuestiona: INTERESADO.- “¿En qué mal estado se encuentra?”; VENDEDOR.-“En el estado de Tamaulipas”.


Tamaulipas, no es sólo alcaldes rateros y cabildos hampones (porque los ayuntamientos no solamente son agachones y pasivos, sino que son ladrones cómplices de aquel que les preside).

TAMAULIPAS ES…


Un Estado que tiene mucha riqueza, tanta como para que Cavazos, Yarrington, Hernández, Torre y García no se lo hayan podido acabar, ni tampoco todo el racimo de rémoras que se carga cada uno de ellos, puras pirañas con 64 dientes cada tragón de éstos.
La nuestra es una tierra que pronto va a salir adelante, tan al frente como debería estar desde hace 30 años o aún más atrás a que arribasen esos cinco jinetes del apocalipsis.


Nuestra entidad tiene una frontera norte con el país más consumidor y comercial del mundo (incluso tenemos puente internacionales de ferrocarriles), lo mismo que astilleros o puertos marítimos (además de una costa para hacer muchos más de ellos) que no se los acaban estos pillos.


Y en tierra hay una cuenca de Burgos insondable, así como carburantes en aguas someras y en las profundas de ese noble y rico golfo que nos baña, nos alimenta y nos invita a enriquecernos.


Y mucha sierra tiene Tamaulipas, bastante madera que bien se puede manejar, siempre de manera ecológica, realmente se cuenta con mucho bosque o campo verde para explotar debidamente, con prudencia, en orden, con toda la precaución posible.
Tiene playas, zona turística, pesca, tiene mucha ganadería y bastante agricultura, cuenta con ríos, presas, lagos, ¡todo!

¿Qué no tiene Tamaulipas?


Sólo buena suerte, es la que no hemos tenido, pues nos ha tocado cada hampón que nos gobierna o nos representa.
Pero eso parece que ya se va a terminar pronto, empezando por un Congreso local que ya no estará para servir más a este hamponcísimo lucero y a su caterva de maleantes.


El mal fario debe acabar para Tamaulipas, al llegar en este mismo año, ya el 1 de octubre, los gobiernos municipales no impuestos por este bandido de Reynosa, tal y como es el caso del nuestro, el de Nuevo Laredo, que tuvimos y aún tenemos a un mero ladrón al servicio del pillo mayor, durante cinco largos años.

Y SU MAYOR TESORO


Y a propósito dejamos para lo último a su gente, a nosotros, todos sus habitantes, Tamaulipas tiene esas manos y esos corazones incansables, gente muy noble, bastante pasiva, pero sorprendentemente incansable, raza que no se raja.
Gente que le atora, que sin pensarlo echa pa’lante cuando hay que entrarle, a lo que sea, por sus hijos, por los suyos.


Así que los más valioso son esas cabezas, hayan nacido donde hayan venido al mundo los pilares de esos clanes, de esa pléyade, de la prole que trajeron aquí, porque decidieron que aquí saldrían avante y con ellos lo haría toda su estirpe, a la larga la progenie se quedará bajo esta tierra, como semilla fortificante del terreno de los suyos que siguen.


Los que fuimos paridos aquí o aquellos que como nuestros padres, un día llegaron tal vez de paso, pero que decidieron quedarse en esta noble tierra, para crecer, para sembrar sus semillas, echar raíces, dejar aquí su pasado, su presente y enfilar hacia un futuro muy prometedor para toda su sangre, guiar al éxito a su estirpe.


Tamaulipas no son puras malas, ya vienen las buenas, van a ver, ¡tenemos que vivirlo!, que vengan todas esas buenas nuevas, esas que anhela toda esta gente aún más buena, todos nosotros, todos los nuestros.
Buen domingo para todos, estimados lectores.

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