Zona Sur Tamaulipas

Ser mamá también se lleva en la piel

La ilusión de ser madre es para muchas mujeres un sentimiento que desarrollan desde muy niñas, pero sin duda el momento en que logran serlo cambia por completo su vida y una buena cantidad desean inmortalizarlo tatuándose algo alusivo.

Bien puede ser el nombre del bebé, el pie de recién nacido, los datos de talla y peso o algún diseño especial que evoque ese momento sublime en que la mujer vio por primera vez a su hijo, que sin duda quedará plasmado en su memoria y, ¿por qué no?, también en el cuerpo.

Justo así lo decidió Janeth Hernández Villegas, quien incluso antes de que su hijo Fabio naciera había considerado que se tatuaría algo referente a él; hace cuatro años se convirtió en feliz madre y sin pensarlo dos veces se tatuó.

En la pierna tiene la huella que se le tomaron al niño al nacer, así como la fecha en que ocurrió: 24 de octubre del 2016; mientras que en la espalda la silueta de una mujer cargando a un niño, formando la letra F.

Janeth Hernández es mamá de Fabio y lleva dos tatuajes en referencia a su hijo | José Luis Tapia

“Me gustan mucho los tatuajes, siempre representan algo importante en mi vida y lo mejor que me ha pasado es ser mamá. Por eso quise plasmar el piecito de mi bebé cuando nació” comentó a El Sol de Tampico.

La mamá primeriza tiene otras “rayas” en su piel, las cuales asegura hacen referencia a momentos también trascendentes en su vida, pero sin duda los que representan a Fabio la llenan de orgullo.

LUGAR DE TINTA

Caso muy peculiar es el de Nayeli Creo, quien es tatuadora y se ha hecho a sí misma algunas piezas relacionadas con sus hijos, además de ayudar a mamás que desean hacerlo.

Es una de las artistas del estudio de tatuaje Ink Tlán, nombre conformado por la palabra en inglés Ink que significa “tinta” y Tlán que en maya quiere decir “lugar de”, por lo que este hace referencia en una mezcla de idiomas al “Lugar de Tinta”.

Se localiza en la avenida Emilio Portes Gil, frente a la zona de descarga de Chedraui Andonegui, sitio donde ha tatuado a decenas de madres que encontraron en sus hijos el mejor pretexto para incursionar en el arte del tatto.

Nayeli Creo se ha hecho los tatuajes de sus hijos | José Luis Tapia

“Regularmente se hacen tatuajes con el nombre de sus hijos, fechas de nacimientos, los piececitos que vienen con nombres o datos del niño como la fecha de nacimiento, los kilos que pesaron o los centímetros que midieron; también el símbolo del infinito o la mamá con los niños sentados en un columpio o en un plano” refirió.

Los sitios favoritos para colocar un tatuaje para las mamás es en los brazos, pecho del lado del corazón, debajo de la clavícula o en el antebrazo.

Los nombres los plasman con letras sencillas, aunque en algunos casos las mamás prefieren no ir por lo convencional, sino generar su propio diseño, como Nayeli que decidió crear en su piel un jaguar que representa a su hijo Balam -jaguar en maya-, el ojo de su otro bebé de nombre Zurem Alaín, así como el nombre de ambos.

La razón por la que decidió “rayarse” es “porque quiero llevarlos conmigo, sé que siempre van a estar, pero me gusta plasmarlo en la piel, uno se tatúa mil cosas y que mejor que sea alguno de mis hijos, lleva bastante simbolismo”.

LAS ABUELITAS TAMBIÉN SE RAYAN

En el estudio de Nayeli se han tatuado mujeres mayores de 60 años, quienes ahora no solo quieren el nombre de sus hijos, sino que abren un espacio para que les desarrollen el de sus nietos.

“Sí, ha venido gente grande, me tocó una clienta que debe tener 60 años, se hizo el nombre de sus nietos y después otros diferentes” refirió la artista con cuatro años de experiencia en el desarrollo de grabados diferentes, aunque reconoce que sus favoritos son los dibujos, caricaturas o animes con muchos colores, ya que aunque si lleva a cabo piezas old school, es en menor medida.

TAMAÑOS Y PRECIOS

Los tamaños más comunes para estas piezas son de 8 a 10 centímetros, los que en un diseño sencillo como el símbolo de un infinito tiene un costo de 500 pesos.

Pero el precio generalmente depende de la cantidad de colores que se empleen, las sesiones que requiera, tamaño y sobre todo el diseño que el artista debe replicar en dibujo y luego mediante inyección de tinta debajo de la epidermis.

“Un tatuaje ya más a detalle de unas dos sesiones puede estar costando unos 2 mil 500 pesos, no me gusta hacerlos en más porque se pierde el hijo del desarrollo” refirió la entrevistada.

En sus hijos encontraron un nuevo motivo de vida y también para tatuarse. Aunque sabe que siempre estarán cerca, ellas decidieron vencer los estereotipos y plasmarse debajo de la piel algo que simbolice ese gran amor, que sin duda llevarán toda la vida en el alma y en la piel.

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