Política

Makyito: a salto de mata, de guéslaco a elimburgo…

José Ángel Solorio Martínez

En Reynosa, Tamaulipas, ya ganó el PAN.
El gran perdedor: MORENA.
Bajo la óptica rascuache de dividir a los azules, el dirigente nacional, Mario Delgado optó por regalar –algunos dicen, vender– la candidatura al Makyito Peña Ortiz, hoy perseguido por la Justicia ante lo inexplicable de sus millonarias propiedades en México y sus millonarias cuentas en dólares en bancos de la frontera y en los Estados Unidos.
El resultado de esa estólida estrategia: pulverizó a una organización morenista que se afianzaba y se ensanchaba en esa mega-ciudad. Algunos de los precandidatos que se movieron con atingencia en la disputa por la candidatura, fueron engañados y chamaqueados por Delgado, lo que provocó enfados al interior de un morenismo que iba en ascenso.
La mentalidad de la familia Makyavélica, es panista.
Sigue siendo panista.
Los principios de no traicionar, no robar y no mentir, son huecas palabras para los makyavélicos. Traicionaron a la militancia morenista, al centrifugar a sus militantes más consistentes de las candidaturas –solo hay que echar un vistazo a la planilla que encabeza Makyito, para percibir que privilegió a varios de los personeros de sus padrinos en metálico; han robado a pasto, de tal manera que son propietarios de decenas de inmuebles –algunos de ellos en la zona roja– adquiridos con capitales inexplicables y han mentido hasta el cansancio: el Makyito, tiene varias actas de nacimiento que lo pintan como un mentiroso recurrente en tanto ello le recompense inmuebles o dólares.
Morena está en esa parte de la frontera, fragmentado.
No existe un Comité Municipal operativo y con el arribo de la familia makyavélica, se dispersó a los actores que cohesionaban los ideales de la IV Transformación. En manos del oportunista Armando Zertuche, los restos del naufragio lopezobradorista, seguirán yéndose a pique.
Paradójicamente a MORENA, le conviene que le vaya mal a Makyito. Efectivamente: si se concreta la orden de aprehensión contra el hijazo de su vidaza, podría prohijarse la reconversión de las filas morenistas –la postulación del talentoso bebé de mamá, es el origen de todos los males actuales del lopezobradorismo reynosense– con el reemplazo en la boleta electoral por otro cuadro con menos cuestionamientos y más acercamientos con la ola guinda.
Chuma Moreno, el aspirante panista, vive una contienda interna con sus correligionarios: los makyavélicos. No está enfrentado con MORENA, que en esta batalla, casi desapareció. No. Mantiene una cerrada batalla, con adherentes de su partido que lo traicionaron y que más temprano que de madrugada, encajarán la daga de la ingratitud en la espalda de la IV T tamaulipeca.
No perderán los apostadores: Reynosa, está amarrada para el PAN.
Makyito, parece haber abandonado la plaza.
Anda a salto de mata, de guéslaco a elimburgo –como dicen los pochos–.
El cierre de Chuma, está siendo letal para el panismo makyavélico…

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