Política

JR Y EL COORDINADOR DE PROGRAMAS SOCIALES TRAICIONAN A LA 4t.

CD VICTORIA,TAMPS. El ceño del habitante número uno de Palacio Nacional se frunció esta vez más de lo normal.

En la dirigencia nacional la sorpresa también fue mayúscula, a pesar de que ambas instancias tenían algunos antecedentes al respecto, pero nada en concreto.

Suponían un daño menor, atribuido al fuego amigo disparado desde esta entidad -o a chismes de lavandería-, pero esta vez las evidencias no les dejaron lugar a dudas: la alta traición ya se gesta desde las mismas filas de Morena de varios estados del país.

Y en Tamaulipas ya le pusieron nombre y apellido al autor: José Ramón Gómez Leal, por sus amigos conocido como El JR, aunque en Palacio Nacional y en la cúpula de Morena ya empezó a ser motejado como el gran traidor, un “superdelegado” que, ya se supo, desangra a la 4T con un puñal pintado de azul.

Gómez Leal, que se disfrazó de promotor turístico de las bellezas rurales de Tamaulipas, fue detectado trabajando casi de tiempo completo para el PAN y su dirigencia de “cachorros”, los que como enamorados en pecado suelen verse en lo oscurito tratando de pasar desapercibidos.

Solo que el JR, como muchos en Tamaulipas, no alcanzó a ver que estaba siendo vigilado desde las sombras por un “mirón” profesional”, que desde hace semanas hace una labor encubierta para detectar a los traidores.

Los padrones de beneficiarios de los programas sociales instituidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador ya están en los escritorios del PAN y de los gobiernos estatales albiazules, y la tarea de constatarlo fue precisamente la del indetectable emboscado de la 4T.

Con información más precisa, López Obrador pidió explicaciones y Mario Delgado bajó las instrucciones de constatar los hechos.

Las sospechas se volvieron evidencias y solo falta constatar si los padrones fueron sustraídos ilegalmente o de plano comprados por los gobiernos del PAN.

Con la información en el escritorio presidencial, dos personajes empiezan a tambalearse: en Tamaulipas el susodicho “JR” y casi en la punta de la 4T el coordinador general de los programas sociales, Gabriel García, quien desde que empezaron las denuncias agarró la mala costumbre de voltear hacia otro lado.

Como coordinador general de los “superdelegados” de la 4T en los estados, Gabriel García aparentemente vio en su encargo un filón de oro y aprovechó la oportunidad puesta en bandeja de plata.

A partir de entonces, varios programas sociales instaurados por la 4T empezaron a naufragar, o por lo menos a “perderse” en la inmensidad de la corrupción que López Obrador se esmera en combatir.

La expectativa es ominosa, porque los gobernadores del PAN que le han declarado una guerra abierta a López Obrador conocen de esos padrones de beneficiarios y el temor en las alturas es que los usen para su beneficio electoral, con base en amenazas o con dinero contante y sonante.

Pero Tamaulipas no es la única entidad horadada por la traición y la ambición de los neomorenistas, porque las evidencias señalan que el coordinador general de los programas sociales de la 4T, Gabriel García, también ha fomentado la traición contra López Obrador en por lo menos otros cinco estados del país.

Empero, la ira presidencial es de mayor calado, porque el mirón emboscado añadió más nombres a la lista de los amantes de la puñalada trapera, de tal manera que las dirigencias de Morena en Tamaulipas y de los otros cinco estados, la mayoría bajo la égida de los “superdelegados”, han sido agarradas con los dedos en la puerta… de las oficinas del PAN.

Y si Mario Delgado cumple las órdenes recibidas, más de un dirigente y de un aspirante despechado de Morena, muy pronto sentirán el rigor de la defenestración.

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