Por Oscar Díaz Salazar
Se pronostica una semana muy tensa, tal vez turbulenta, para Tamaulipas. El posible desahogo del proceso de desafuero del aún gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, en la última semana de abril, que es también la última semana del periodo ordinario de sesiones de la Cámara de Diputados, ha generado mucha tensión entre los actores políticos que participan, – o qué tal vez necesiten intervenir -, en el proceso de sustitución de autoridades en el estado.
Trascendió que en la Ciudad de México se activaron las alertas, luego de recibir un reporte de una reunión del Sr. Francisco N. con empresarios del sur de Tamaulipas, en la que el mandatario local expresó su determinación de defender su gobierno, su permanencIa en el cargo, por todos los medios que fueran necesarios, incluso con el apoyo de la fuerza pública.
A los pocos días se supo, extraoficialmente, de la gira de un alto mando militar, (se dice que el mismo General Secretario), por las diversas zonas militares del estado, con el objetivo de diseñar el plan de contención, ante la eventualidad de una insurrección.
Las tareas de inteligencia y contrainteligencia del gobierno federal, se materializan en reportes de alerta y en preparativos para hacer frente a una probable revuelta o crisis política.
Si impera la prudencia, el desfile del primero de mayo será encabezado por el nuevo sol de la política tamaulipeca. Si se siguen tomando decisiones viscerales, irresponsables, egoístas e incluso suicidas, la próxima semana puede ser la más aciaga de la historia moderna del Estado de Tamaulipas.
No es mi intención alarmarlos ni provocar pánico. Deseo sinceramente que al transcurrir la semana me llamen exagerado y que la decisión que tomen en la Cámara de Diputados, y la reacción de los afectados, sea la mejor para los intereses de los tamaulipecos.
