Política

La respuesta al clan fronterizo: el Pacto de Miramar

El Pacto de McAllen, establecido por Maki Ortiz y los hermanos Carlos y Carmen Lilia Canturosas, junto con el empresario Rigoberto Garza Faz, tuvo un impacto político a lo largo y ancho de Tamaulipas y ya generó una respuesta inmediata: el Pacto de Miramar.

La negociación pactada en la residencia de Maki en McAllen logró un primer objetivo: la alcaldesa de Reynosa movió sus fichas en el tablero y logró convencer a la candidata de Morena a la alcaldía de Nuevo Laredo de ser su aliada y sumarse a un proyecto conjunto para pelear la gubernatura de Tamaulipas en 2022,

La respuesta al clan fronterizo: el Pacto de Miramar
Para que esto se diera tuvo mucho que ver la relación de compadrazgo que existe entre el matrimonio de Carmen Lilia Canturosas y Oscar Mario Hinojosa con el hombre de negocios, Rigoberto Garza Faz, quien fuera legislador priista en el periodo 2013-2016.

Así es: Carmen Lilia y Oscar Mario son compadres de Rigo Garza Faz. Y el empresario reynosense mantiene una estrecha cercanía con Maki Ortiz… la gran ganadora de ese acuerdo.

¿Por qué? Es muy difícil que Carlos Canturosas alcance la candidatura de Morena a la gubernatura del estado ya que, para comenzar, se la ha pasado fuera del país tras sufrir una virtual persecución política y penal por parte de ‘Los Vientos del Cambio’.

El ex alcalde de Nuevo Laredo no se encuentra en su mejor momento para competir con el resto de los aspirantes a la nominación de la 4T. Esa es la verdad. Tal vez… más adelante.

Carmen Lilia Canturosas, por su parte, de ganar la presidencia municipal de Nuevo Laredo (lo que es muy probable), enfrentaría un problema de tiempos políticos: asumiría la alcaldía el primero de octubre y la designación del candidato de Morena a gobernador se dará entre mediados de diciembre de este año y principios de enero de 2022.

Es decir, Carmen Lilia apenas estaría tres meses en la presidencia municipal y ya estaría buscando la nominación a gobernadora, lo que puede generar reacciones negativas y múltiples cuestionamientos.

En ese contexto, la que queda mejor parada para buscar la gubernatura de Tamaulipas bajo las reglas del Pacto de McAllen es Maki Ortiz Domínguez.

Desde que invitaron a Maki Ortiz a sumarse al proyecto de la Cuarta Transformación, los liderazgos morenistas sabían que le abrían la puerta para competir por la candidatura de Morena a la gubernatura del estado. Eso siempre lo tuvieron claro.

Sin embargo, los liderazgos morenistas también sabían que la inclusión de la alcaldesa de Reynosa era clave para lanzar una poderosa ofensiva política y electoral en Tamaulipas y avanzar a nivel territorial y en el Congreso del Estado en 2021.

Esa fue la razón por la que aceptaron que Maki propusiera a su hijo, Carlos Peña Ortiz, como candidato de la alianza Morena-PT a la alcaldía de Reynosa: era el único que garantizaba el triunfo para la 4T en ese relevante municipio fronterizo.

Aunque Maki quería quedarse con un mayor número de posiciones, el CEN de Morena le puso límites. No obstante, sabían que el siguiente paso de la alcaldesa de Reynosa apuntaría a tratar de tomar la delantera en la carrera por el 2022.

Ante el Pacto de McAllen, la respuesta inmediata es el Pacto de Miramar, un acuerdo que también podría denominarse como la Alianza Madero-Victoria-Matamoros.

Este nuevo pacto al interior de Morena y que estaría próximo a suscribirse (¿este fin de semana?) contaría con la participación del alcalde de Madero, Adrián Oseguera; el diputado federal en busca de su reelección, Erasmo González Robledo; el director de RTC, Rodolfo González Valderrama; el presidente municipal de Matamoros, Mario López; y, por supuesto, el senador Américo Villarreal Anaya.

Este pacto político interno de la 4T incluiría a tres candidatos a alcaldes: Lalo Gattás, de Ciudad Victoria (que se la juega de lleno con Américo); Armando Martínez Manríquez, de Altamira (amigo de Erasmo González Robledo); y Olga Sosa Ruiz, de Tampico (que también está ligada al grupo del presidente de la Comisión de Presupuesto y Deuda Pública de la Cámara de Diputados).

Tras el acuerdo establecido en McAllen, los grupos sureños, victorenses y matamorenses responden con una alianza amplia al interior del Movimiento de Regeneración Nacional, sabedores que cuentan con posiciones de poder y relaciones directas con los más altos niveles.

De alguien sí se sienten decepcionados: de Carmen Lilia Canturosas. La diputada local con licencia y candidata morenista a la alcaldía de Nuevo Laredo había expresado su apoyo al senador Américo Villarreal Anaya. Es evidente que ella cambió de opinión.

Pero, más allá de los pactos y acuerdos a los que lleguen los diversos grupos de la Cuarta Transformación en Tamaulipas en su intento por quedarse con la candidatura a la silla del Ejecutivo estatal el próximo año, una cuestión está clara: el señor que despacha en Palacio Nacional será el único que elija al candidato o la candidata de Morena a la gubernatura de Tamaulipas.

La decisión estará en sus manos… en nadie más

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