Al hablar de lealtad y de las malas condiciones de la ciudad en el Foro de Coparmex, Yahleel Abdala se vio acorralada, algo que candidatas como Cristabell y Carmen Lilia abordaron libremente.
Desde el principio de la campaña, Yahleel ha estado muy limitada en sus declaraciones, pues no puede hablar de los baches, falta de alumbrado e inversión pública y las otras cosas que junto con estas últimas, conforman las principales preocupaciones de los neolaredenses, pues sería hablar de la herencia de su propio partido y compañero de fórmula, Enrique Rivas.
El tema central de Morena, PRI, etcétera, ha sido el evidente deterioro de la ciudad en todos los sentidos que competen al Ayuntamiento, pues es el camino lógico y obvio el de ofrecer una alternativa y soluciones al desastre que ha dejado Rivas y sobre todo por tratarse de las necesidades de los ciudadanos de tener un entorno digno.
Además de la mala gestión de Rivas, Yahleel carga con el estigma del “chapulineo” por las circunstancias en las que salió del PRI, pues no se trata de alguien que ya no era considerada por su partido, al contrario, era la candidata ya palomeada para contender por la alcaldía apenas en diciembre del año pasado, pero al margen legal y de la mano de García Cabeza de Vaca, hizo su repentino cambio al PAN para encabezar el proyecto.
Si lo último fuera poco, su imposición repentina en el PAN, hizo enojar a muchos que hoy deben sonreír por fuera y fingir unidad, algo que Yahleel agravó aún más al no incluir a los que ya estaban ahí, sino que todavía se dio el lujo de imponer también a su propia gente, desplazando a quienes llevan años militando en el partido.
Todo esto conforma una serie de desventajas que puede no ver con claridad, pero que sin duda la afectan.
Si juntamos lo anterior, entendemos cómo muchos traducen desde un principio que ahorita puede andar muy panista, diciendo que incluirá a todos en su administración, etcétera, pero si llegara a quedar, existen muy altas probabilidades de que de un momento a otro se volviera a “voltear”, para traicionar una vez más y hacer lo que ella quiera, algo que vemos desde el hecho de que nunca portó los colores de su nuevo partido, incluso ni de los logotipos, como si no quisiera que la asociaran al PAN.
En fin, mientras carga con esos grandes retos, Carmen Lilia y Cristabell abordan los temas que la población en verdad quiere escuchar, los problemas y las soluciones, además de los cuestionamientos como el que ha enfatizado Canturosas, acerca del aprovechamiento de los recursos que ha tenido la ciudad en los últimos cinco años, más de 15 mil millones de pesos, que no se han visto por ningún lado.
