El crecimiento de Tampico
Por Oscar Díaz Salazar
La semana pasada leí varias notas informativas y columnas de opinión, en las que criticaban, unos; reseñaban en forma objetiva, otros y elogiaban, los menos, la decisión del Cabildo de Tampico de autorizar la construcción de un complejo de edificios, de varios pisos, esto es: edificios verticales, en un predio ubicado sobre la Avenida Hidalgo de Tampico, que es la más importante de ese municipio.
A principios de este año, compartí con mis lectores algunos de los resultados del Censo de Población y Vivienda que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI por sus siglas, realizó en el 2020. Si bien mi atención se centró en Reynosa, el municipio más poblado de Tamaulipas, con casi el doble de la población de la capital, también me llamó la atención el estancamiento o decrecimiento de Tampico, hablando exclusivamente en términos de habitantes.
La población de Tampico ya no crece, porque ya no cuenta con terreno para albergar más viviendas nuevas. El decrecimiento poblacional de Tampico no obedece a que sea un mal lugar para vivir o que pase por circunstancias negativas para invertir, laborar, estudiar o hacer negocios. Tampico sigue siendo la capital cultural y económica de la región huasteca y la prueba de su salud y vigor la tenemos en el crecimiento del municipio colindante, Altamira, que crece y se consolida como extensión de Tampico, como dormitorio, fábrica, área verde, etc., de la población tampiqueña, que ya rebasó los límites territoriales de su municipio.
Debo confesar que me dio gusto leer las críticas a la autoridad porteña por el tema del inicio de la construcción de un edificio en plena avenida Hidalgo. El debate sobre el uso del suelo y el destino que se le va a dar a un predio que rebasa la extensión de una hectárea, son señales de la preocupación, y ocupación, de los tampiqueños, por la calidad de vida que les ofrece la ciudad más bella del Estado.
La apuesta por el crecimiento vertical es una desicion polémica, valiente, difícil y creo, acertada, del presidente municipal Jesús Nader, ante una circunstancia irremediable, que es el agotamiento de las reservas territoriales, que cancela las posibilidades de seguir con el crecimiento tradicional, es decir horizontal.
A futuro, los tampiqueños se deben conformar con albergar en su suelo a tres cientos mil habitantes, irse a vivir a Altamira o Ciudad Madero o apostar por incrementar la densidad poblacional y esto se consigue construyendo en vertical.
Por la pujanza de la población tampiqueña, mi augurio es que Tampico será en el futuro una ciudad de edificios medianos, e incluso de rascacielos.
Este es a grandes rasgos el contexto, que omitieron en las críticas recién publicadas, en el que el presidente municipal Chucho Nader, y el Cabildo que preside, autorizaron la construcción del citado edificio sobre la avenida Hidalgo.