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“¿Me vacuno o no?”.

Homero Hinojosa.

Más que una pregunta casual es una duda legítima que ronda entre muchos mexicanos: “Cuando llegue la oportunidad de vacunarme…¿lo haré?”.

Y es que mientras la Secretaría de Salud informó que más de tres millones de mexicanos ya han recibido su dosis —la mayoría adultos mayores— muchos ciudadanos “quieren esperarse” a ver cómo se van sintiendo los inoculados con el paso de los días.

Dinamarca ha puesto la alerta sobre el riesgo de las vacunas: La Dirección General de Sanidad de ese país anunció esta semana la suspensión temporal de la vacuna de AstraZeneca tras documentar”graves casos de trombos” en personas que la recibieron recientemente. El Ministerio de Salud danés explicó que es una “simple medida de precaución”, luego de “reportes de un posible efecto secundario grave” en forma de coágulos sanguíneos letales.

Como era de esperarse, la vacuna ha tenido diversos efectos en diferentes personas y de acuerdo a la variedad de vacunas que han salido al mercado. En España, por ejemplo, el último Informe de vigilancia de la Agencia Española de Medicamentos afirma que “no se ha identificado ninguna reacción adversa hasta ahora desconocida que pueda ser motivo de preocupación”.

La realidad es que en la mayoría de los casos las reacciones han sido de tipo secundario. Los más frecuentes son: fiebre, dolor de cabeza y muscular y en el brazo. Pero, también se han registrado casos de mareo, náuseas, fatiga, astenia, escalofríos y dolor de articulaciones.

En una nota publicada esta semana por The New York Times se comenta que las reacciones tienen que ver en gran medida con el género de las personas.

Los hombres y las mujeres, dice el Times, suelen responder de forma diferente a muchos tipos de vacunas. Esto se debe probablemente a una mezcla de factores, como las hormonas, los genes y la dosis de las vacunas.

Investigadores de los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) analizaron los datos de inocuidad de los primeros 13.7 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 administradas a los norteamericanos. De los efectos secundarios reportados, el 80 por ciento vino de mujeres, pese a que solo habían aplicado el 61 por ciento de las vacunas a personas del sexo femenino.

En México se han detectado efectos secundarios similares a los de España, aunque acá el proceso de vacunación ha sido lento. En nuestro país consta de cinco etapas: la primera incluyó al personal de salud; la segunda comprende a las personas mayores de 60 años, entre febrero y marzo.

Los mexicanos entre 50 y 59 años la podrán obtener en abril y mayo. De mayo a junio se protegerá al grupo de 40 a 49 años. Y en la última etapa, de junio a marzo de 2022, al resto de la población.

De ahí que todavía resta un buen plazo para vacunar a la mayoría de la población. Y las fechas en teoría son tentativas. Mucho dependerá de la mejoría en la gestión de la vacunación, criticada por su ineficacia a nivel federal.

Así que los jóvenes tienen aún tiempo de pensarla bien. Sus padres y abuelos tendrán que decidir más pronto si reciben “el piquete” o no. Totalmente voluntario… hasta ahora.

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