Para resguardar a los migrantes de las bajas temperaturas y evitar enfermedades respiratorias, en los albergues se han realizado cambios, llevando a cuartos privados a las familias, priorizando aquellas que cuentan con adolescentes o niños.
En “Senda de Vida” desaparecieron las casas de campaña y ahora, los refugios son casas plásticas y de material. “Hace mucho frío, es un clima muy diferente al que se registra en mi país pero afortunadamente tenemos un espacio, ya que otros compañeros no alcanzaron y deben rentar, nuestro plan no es permanecer aquí para siempre, solo mientras revisan nuestra solicitud”, mencionó Daniel, originario de Venezuela.
Los alimentos se sirven 3 veces al día y son elaborados por los mismos migrantes o personal voluntario, luego, una vez que están listos, se reparten la cocina, vigilando que todos reciban una ración.
En la actualidad, en este refugio están al menos 250 personas, pero se estima que en las listas de espera para cruzar a Estados Unidos estén más de mil 800.
Por las bajas temperaturas y la situación del Covid-19 los migrantes tienen prohibido salir, o recibir visitas, a menos que sea una cuestión médica.
Incluso para comprar alimentos, los directivos deben designar a una sola persona, que reporte buen estado de salud.
