Por Oscar Díaz Salazar
Ya en una ocasión, le ganó la partida a Andrés Manuel, un gobernador que pretendían quitar del cargo.
En alianza con el presidente Ernesto Zedillo, intentaron tumbar al gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo.
Madrazo fue citado en la Ciudad de México para indicarle que se retirará de la gubernatura, que recién había asumido.
El gobernador Madrazo regresó a Tabasco y en vez de acatar la instrucción. presidencial, se dedicó a organizar expresiones de apoyo de la sociedad tabasqueña… y al mismo tiempo, manifestaciones a su favor de personajes de la nomenklatura priista. Particularmente el apoyo del expresidente Carlos Salinas.
Al ahora presidente le hicieron llegar decenas de cajas de papelería, -como las que llevaron a la Cámara de Diputados para acusar a Cabeza de Vaca-, que contenían las pruebas de que rebasó, con mucho, los topes de gastos de campaña permitidos por la ley electoral vigente.
A Madrazo le salió la jugada y pudo permanecer en el cargo. Pero era una querella entre varias facciones del PRI, con el PRD y Andres Manuel como actores secundarios.
La historia de Cabeza de Vaca se está escribiendo aún.
El tamaulipeco no tiene pueblo. Y sus aliados y padrinos poderosos lo están dejando solo.
