Zona Sur Tamaulipas

Con casi 200 años de historia, las amarras del Puerto de Tampico

A 193 años de que se dictó el decreto de nacimiento de la Aduana Marítima, el Puerto de Tampico enfrenta hoy grandes desafíos en materia de infraestructura, equipamiento, conectividad y tecnología para atender las exigencias de la modernidad en el transporte en un mundo cada vez más globalizado.

Poseedor de infraestructura y diseño de un puerto eficiente de primera generación, sus reducidas áreas portuarias y la ausencia de terminales especializadas de alto rendimiento impiden posicionarse como una opción competitiva en el mediano y largo plazo, revela el Programa Maestro de Desarrollo Portuario 2016-2021, elaborado por la Administración Portuaria Integral.

Para el Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST), que reúne asociaciones de agentes aduanales y navieros, Tampico no es un puerto muerto y corresponde a la Federación impulsar su reingeniería, en la que participen empresarios y en especial la comunidad portuaria para sumar esfuerzos, aportar inversiones y alcanzar una mayor competitividad.

El organismo a cargo de Jesús Abud Saldívar manifiesta que la zona portuaria local posee suficiente equipamiento y servicios para atender las líneas de negocios, ya planteadas en el Programa Maestro de Desarrollo Portuario y que son el manejo de productos petroleros, de minerales, cargas generales, cabotaje comercial y transporte marítimo de corta distancia, además de la fabricación de plataformas petroleras.

MODELO MIXTO

Incluso se ha planteado un modelo mixto que le permita aprovechamiento mayor de su capacidad instalada usándose como puerto comercial y turístico; ya existe una comisión multidisciplinaria de empresarios que labora con la API y la Secretaría de Turismo de Tamaulipas para generarlo.

Consideran que el Puerto de Tampico no tiene por qué dejar el manejo de carga especializada, la que puede combinar con la reconversión de varios de sus tramos, para atraer inversión y convertirlo como punto de atracción para viajeros nacionales y extranjeros.

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en esta entidad, a cargo de Roberto Salinas Ferrer, señala que Tampico tiene otras limitaciones como zona portuaria y es la falta de conectividad, pues si bien hay avances con la terminación de la autopista Ozuluama-Tuxpan-México que reduce el tiempo de traslado entre este puerto y la capital del país, hace falta invertir en la comunicación por ferrocarril hacia el centro del país.

El constructor agrega la necesidad de ampliar las dimensiones de los nueve túneles en las vías ferroviarias hacia San Luis Potosí y permitir el paso de trenes de doble estiba, lo cual no solo favorecería a Tampico, sino también a Altamira, al permitir el tránsito de cargas de grandes dimensiones o doble estiba hacia la zona del Bajío, las plantas automotrices y los puertos del Pacífico, tema que será abordado en marzo durante el Congreso Mexicano de la Construcción.

En ese sentido el empresario del sector transporte, Leobardo Saldívar, es claro y puntea que el puerto comercial ya no tiene un futuro de mediano y largo plazo, pero sí tiene ventajas para convertirse en destino turístico y punto de atracción de cruceros.

Considera que las instalaciones portuarias ya están ahorcadas por la marcha urbana, es costoso el mantenimiento del calado oficial del río Pánuco, carece de áreas de estacionamiento para los vehículos que hacen operaciones de carga y descarga, entre otros factores en contra que incluso le impiden dar cumplimiento a normas internacionales de seguridad y competitividad.

Sin embargo, reconoce que tiene potencial para contar con terminales de abastecimiento costa afuera y capacidad para mantener la fabricación de plataformas petroleras.

En ese rubro, Tampico ocupa el primer lugar en la industria metalmecánica, contando actualmente con 15 patios especializados para la construcción de ese tipo de estructuras, además de las cargas de minerales y generales, que agrupa mercancías de exportación e importación como acero y azúcar.

NUEVOS PROYECTOS

Ante los crecientes retos, la Administración Portuaria Integral no se queda con los brazos cruzados y para facilitar la capacidad y operatividad pretende que a partir de este año inversionistas comiencen la modernización y operación de los muelles 5, 6, 7, 8 y 9 a través de la construcción de Terminales de Usos Múltiples (TUM).

El primer paso se iniciará en este primer trimestre con el arranque de una TUM en la zona del paso de lanchas «106», de la colonia Guadalupe Victoria, donde inversionistas han ofrecido recursos por más de 128 millones de pesos.

A mediados del año pasado, la API anunció la firma del contrato de cesión parcial de derechos y obligaciones con la compañía Tampico-Terminal-Marítima, quien se comprometió a la modernización, equipamiento y operación de la TUM en los tramos 10 y 11.

Para ello, entregó la superficie con la capacidad para operar diversos tipos de carga general, contenedores, fluidos, graneles agrícolas y minerales para los próximos 23 años.

Bajo ese tenor, en junio pasado se publicó la licitación y adjudicar en contrato de cesión parcial de derechos de los muelles 5, 6, 7, 8 y 9 para la modernización, equipamiento y operación de una Terminal de Usos Múltiples de uso público, en la que se manejará todo tipo de carga comercial.

No obstante, aunque el fallo fue programado para darlo a conocer el 9 de diciembre pasado, la API hasta ahora ha omitido dar información oficial al respecto.

En sus primeras estimaciones, el organismo previó inversiones superiores a los 800 millones de pesos en la construcción de esas terminales.

Para API se trata de uno de los principales puertos en la costa este de México, sirviendo de entrada y salida, para productos petroleros, mineros, acero, madera y otros productos industriales que el año pasado sumaron cargas por 7 millones 595 toneladas, apenas el 2% de volumen total nacional.

UN POCO DEL PASADO

Tampico se fundó a petición de Fray Andrés de Olmos y por licencia del Virrey don Luis de Velasco en 1554 y seis años después se le concedió la categoría de Villa de San Luis Potosí, la cual adquiere cierta importancia como puerto de altura.

Con ello, mediante decreto gubernamental del 12 de noviembre de 1824 fue declarada la nueva ciudad como un puerto marítimo, lo cual atrajo a colonizadores desde todas partes del orbe, favoreciendo su desarrollo comercial y económico de esta ciudad.

En 1823 el presidente de México Antonio López de Santa Anna otorgó el permiso para fundar la actual ciudad de Tampico con el nombre de Santa Anna de Tamaulipas, que mudó el nombre a Tampico a la caída de Santa Anna.

Cuatro décadas después, la compañía Ferrocarril Central Mexicano se encargó de construir la primera línea ferroviaria de San Luis Potosí a Tampico, lo cual comenzó con la construcción de varias instalaciones del puerto, incluyendo escolleras y muelles.

El primer embarcadero se construyó en 1870; las escolleras y el dragado se complementaron en 1889 incluyendo instalaciones de carga, también fueron construidos tres almacenes y cuatro muelles de 145 metros cada uno, los cuales se concluyeron en 1903.

En ese mismo tiempo importantes campos petroleros empezaron a ser desarrollados en el área, lo que trajo como consecuencia un aumento general en el comercio de la región.

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