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Coalición PAN-PRI-PRD: Entre el cobijo empresarial y el repudio ciudadano

De cara a las elecciones del próximo 6 de junio, la coalición opositora Va por México –que presentará candidatos a diputados en 219 distritos y a gobernadores en 11 estados– no sólo enfrenta el descrédito de los partidos que la integran, sino las suspicacias debido al respaldo que recibe de un sector de empresarios que se benefició durante los gobiernos priistas y panistas. Uno de sus impulsores, Jesus Zambrano, presidente del PRD, rechaza mecenazgos y afirma: “Es falso que Morena vaya a repetir el fenómeno obradorista de 2018”.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La coalición opositora Va por México, que agrupa electoralmente al PAN, al PRI y al PRD, deberá enfrentar varios obstáculos en el proceso electoral del próximo 6 de junio en su pretensión de arrebatar a Morena y sus aliados PT y PVEM la mayoría legislativa para poder incidir, principalmente, en el destino del presupuesto federal.

Uno de esos obstáculos es la percepción muy extendida de que detrás de la operación aliancista está la clase empresarial más beneficiada con la corrupción de las administraciones priistas y panistas, que designó como su operador visible a Claudio X. González, hijo de Claudio X. González Laporte, destacado miembro de la iniciativa privada a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Otra adversidad que deberá enfrentar la coalición opositora es el desprestigio que cargan los tres partidos aliados, que son los que más generan el repudio de la ciudadanía, de por sí repelente a las organizaciones políticas.

En cuanto al misterio y escozor que genera la presencia de Claudio X. González como autor intelectual de la alianza llamada Va por México junto con el expresidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, reconoce en entrevista con Proceso que el papel jugado por esa dupla es clave, al menos en “dos aspectos fundamentales”.

Dice el veterano dirigente perredista:

“Fue clave en reconocer la necesidad de una alianza que se pudiera hacer pública, como sucedió el 10 de noviembre pasado, y junto con ello, el compromiso de una plataforma común que pusiera en el centro detener el proceso de consolidación autoritaria que está viviendo el país, y defender conquistas democráticas logradas a lo largo del tiempo.

“En estos dos aspectos han incidido y, contrariamente a lo que luego se ha pensado que van definir candidaturas, lo que ha ocurrido es que han acercado una proporción no tan grande de gente que ellos consideran importante, representativos en unos estados, pero que los partidos no estamos obligados a incorporar.”

Para Zambrano Grijalva “ese es el papel fundamental, de una gran importancia cualitativa, así lo calificaría, así lo describiría yo, al hecho de que ellos hayan insistido en que se reconociera la necesidad pública de la coalición”.

El político sonorense cuenta que “al principio costó mucho trabajo aceptar, en el PAN y en el PRD, en ese orden, la idea de aliarse con el PRI, pero al final se concluyó que era lo más conveniente”.

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