El Aeropuerto Internacional de Reynosa Lucio Blanco ha adaptado sus instalaciones y accesos para cumplir con las normas sanitarias de la pandemia, y por ello, las filas para documentar, así como para acercarse a las ventanillas de atención lucen con cintas creando barreras donde se guarda la sana distancia.
Aunque el flujo ha bajado de forma considerable desde que se detectó el primer caso, los viajeros persisten en la zona, por ello en los pasillos hay varios contenedores de gel antibacterial, también guardias para evitar que ingresen personas sin reservación o sin justificar la compra de un vuelo.
Los cambios también se evidencian en el mobiliario cercano a las tiendas, en donde hay estampas para indicar a los pasajeros donde sentarse. “Favor de dejar libre este asiento, ayudemos a combatir el virus”, dicen los carteles.
En la terminal área también se exige un cuestionario de salud para cumplir con las instrucciones federales, que se completa en internet para determinar las condiciones de riesgo a las que se ha enfrentado el viajero, y si llega a tener síntomas.
Mientras que la instrucción para familiares o personas que esperan recoger a algún pasajero, es que lo hagan desde afuera, en las inmediaciones del estacionamiento .
