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Tamaulipas ¿Otro narcogobernador en el 2022?

2021 y 2022 se enfrentarán en las movedizas arenas políticas de Tamaulipas los poderes fácticos y constitucionales; veremos cual sale victorioso

Por: Mauricio Fernández Díaz

La narcopolítica, los narcogobernadores y narcopresidentes han sido una constante en Tamaulipas. Palacio de Gobierno ha tenido como huéspedes a políticos amafiados con el Crimen Organizado, unos comprobados como Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, otros cuyas relaciones con los señores de la noche fueron del dominio público y que debido a la complicidad y corrupción de las autoridades Estatales y Federales pudieron evadirse de la ley como Cavazos Lerma y Egidio Torre Cantu y Francisco García Cabeza de Vaca, actual gobernador quien se encuentra bajo la investigación de autoridades tanto de México como de los Estados Unidos.

Ex gobernadores priistas y el ahora panista convirtieron lo que debería haber sido un Estado de Derecho en un cogobierno con el crimen organizado.

Ambos partidos y sus “Representantes populares” han demostrado en los hechos tener los mismos sellos, marcas y características: Corrupción, saqueo, impunidad, y nexos con el narcotráfico.

Desde los tiempos de Cavazos Lerma señalamos en nuestros análisis que el crimen organizado no puede florecer sin el amparo, la protección y el apoyo de los gobiernos Estatales y Federales. Y en Tamaulipas, esa protección creció y se transformó en cogobiernos en los cuales los capos de la droga ponen y quitan desde Gobernadores hasta diputados federales, pasando por Fiscales (Antes Procuradores) jueces, magistrados, presidentes municipales y lo que necesiten para poder realizar sin contratiempos sus negocios.

En un estado que tiene nada menos que 16 cruces fronterizos con el mayor consumidor de drogas del mundo (Estados Unidos) y dos puertos marítimos (Tampico y Altamira) por los cuales se mueve el 30 por ciento del comercio internacional de México con un flujo mayor a los 280 mil millones de dólares en ambos sentidos, el trasiego de drogas y huachicol es inevitable y mueve miles de millones de dólares anuales con el pleno conocimiento y protección tanto de las autoridades estatales como de las federales, ambas en un oscuro contubernio, una simbiosis que ha generado que los gobernadores y presidentes municipales adquieran riquezas inexplicables y puedan vivir como jeques árabes. Ninguno de ellos soportaría victorioso una auditoría que contrastara sus ganancias legales contra las propiedades y cuentas bancarias que poseen.

El caso del actual Gobernador de Tamaulipas de extracción panista Francisco Garcia Cabeza de Vaca ilustra de manera contundente este cogobierno.

En el Artículo de Ricardo Ravelo, titulado “Tamaulipas: García Cabeza de Vaca, ¿Otro narcogobernador?”  el articulista expone con detalles y datos la brutal realidad de nuestro estado. (Tamaulipas: García Cabeza de Vaca, ¿Otro narcogobernador? (msn.com) ) del cual extraemos algunos párrafos:

“Los reflectores se encendieron en contra de Cabeza de Vaca cuando Raúl Eduardo Monge Castillo –titular de la Comisión del Agua en Tampico y funcionario de finanzas del Gobierno tamaulipeco– fue secuestrado presuntamente por Los Zetas durante 41 días.

Durante su cautiverio fue obligado a declarar que García Cabeza de Vaca está relacionado con el narcotráfico. Sus plagiarios encendieron una cámara y le exigieron a golpes que dijera la verdad. Ahí no tuvo más opción de contar la historia que sabía. Fue grabada y después difundida.

Dijo que el actual Gobernador de Tamaulipas se relacionó con el narcotráfico desde hace varios años y relató que cuando fue lanzado por el PAN como candidato recibió de Los Zetas dos millones de dólares. No fue todo: su hermano Ismael García, dijo, también recibió dinero del crimen, según expuso, un millón de dólares. Los recursos fueron utilizados para sus respectivas promociones políticas.

A raíz de estos hechos, ocurridos en 2018, en Estados Unidos –donde Cabeza de Vaca tiene una historia plagada de claroscuros– el FBI y la DEA abrieron amplios expedientes para investigar los vínculos del mandatario tamaulipeco con el narcotráfico.

Tras su liberación, cuarenta y un días después de su secuestro –apareció en el municipio de Ozuluama, en Veracruz– Monge Castillo dijo que fue obligado a declarar porque estaba siendo golpeado por el grupo criminal que lo plagió. Lo que no aclaró es si la historia que contó es real o falsa. Todo indica que es real y, de ser así, estaríamos ante otro posible narcogobernador en Tamaulipas.

En México también existe una investigación y está a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR). La acusación la presentó Alejandro Rojas Díaz Durán, aspirante a la dirigencia nacional de Morena, el 29 de junio de este año, en la que acusa a Francisco Daniel García Cabeza de Vaca de ser la cabeza de un narco Estado.

En su relatoría señala que Cabeza de Vaca está relacionado con lavado de dinero, huachicoleo y que, a través de familiares consanguíneos y políticos, ha construido una amplia red de negocios: compra de inmuebles, ranchos y empresas fachada; expone, además, que, según sus cálculos, el Gobernador ha amasado una fortuna de más de 3 mil millones de pesos que están siendo lavados en negocios familiares.”

A pesar de esto (o precisamente porque necesita quien le cubra las espaldas) Garcia Cabeza de Vaca prepara ya su relevo en la figura de su hermano Ismael, también ligado en las investigaciones al crimen organizado.

¿Tendrá Tamaulipas en el 2022 a otro narcogobernador?

La lucha entre los poderes fácticos y los constitucionales se enfrentaran el año próximo en esta arena movediza en que han convertido los narcogobernadores a Tamaulipas. Veremos cual sale victorioso.

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