Política

Raúl García Vallejo

Por Oscar Díaz Salazar

Con todo lo reprobable que pueda ser la salida de la neolaredense Yalheel Abdala del PRI, el partido que le dio fama y fortuna, el instituto político que le permitió ser regidora, diputada federal, candidata a senadora (perdedora), presidenta del Comité Directivo Estatal y diputada local plurinominal, todo esto en un tiempo récord que no pasa de una década, con toda esa ingratitud a cuestas, me parece que es más ruin y deleznable la actuación de varios políticos priistas que ahí siguen, que no se han ido, que se han quedado para lucrar con los restos de un partido político que aún no ha tocado fondo.Yalheel fijó su postura, quemó sus naves y se fue con el ganador, a la manera de esas mujeres que abandonan el hogar en la primer crisis económica, para arrejuntarse con el ricachón del pueblo. Pero la diputada Abdala ya se fue, ya no está, ya no es responsable de lo que ocurra en la que fue su casa. Afirmo que hay otros peores, como es el caso del actual dirigente estatal Edgar Melhem, que sigue fiel a las siglas, administrando la derrota, en espera de auto asignarse la primera posición en la lista plurinominal, que le permita ser diputado local de «chiripa», pues con votos ya no le alcanza.Edgar Melhem es un político hecho en la disciplina del viejo PRI, en el que se guardaba respeto y obediencia al gobernador… Aunque el gobernador sea de otro partido.Caso similar al del ríobravense Melhem, es el del líder del sector campesino, que se supone es en donde se encuentra el priismo más arraigado, la mayor fidelidad al partido, la gente de más firmes convicciones. Me refiero al campesino naylon que despacha como dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina, Raúl García Vallejo.El líder de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas, ex burócrata de la Procuraduría Agraria y antes presidente municipal de González, Tamaulipas, fue impuesto a dedazo por el anterior dirigente, Florentino «Tino» Sáenz de Verástegui Ostos, quien le heredó el cargo, con la condición de mantener la fidelidad al Truko Verástegui, que implica lealtad y obediencia al gobernador Cabeza de Vaca y al PAN.Como premio a esa obediencia que ha tenido con la cadena de mando que va de Tino Sáenz a César Verastegui y de este al gobernador, Tino Sáenz pretende heredarle la curul en el Congreso del Estado, al pseudo campesino Raúl Garcia Vallejo, desde luego por la vía plurinominal, pues por el principio mayoría relativa no les alcanza ni en sueños para ganar.A Raúl García Vallejo lo han señalado de ser un burócrata y no un campesino; de haber sido designado por un dedazo; de no realizar gestiones en pro de sus representados y más bien utilizar su influencia para su negocio relacionado con una caja de ahorros o algo por el estilo; de ser factor de división en el sector y provocar la escisión de un importante grupo de campesinos del norte del Estado y de estar al servicio del PAN gobierno.García Vallejo siempre ha bailado al son que le marcan en el PAN – gobierno. Es un mercenario que con el pretexto de abanderar las luchas de los productores agrícolas, le echa culpas al gobierno federal y sirve a los intereses políticos del gobernador panista. García Vallejo se alquila con todo y membrete al PAN. Hoy lo hace desde la dirigencia del Sector Campesino del PRI, y lo ha hecho tan bien, que espera ser recompensado con el espacio que los campesinos tienen en la lista plurinominal. El presidente del partido lo apoya; el líder nacional de la CNC, Ismael Hernández Deras, le exige un espacio al líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, para su sector y el gobernador también lo apoya, pues espera que sea tan «aguerrido» como el buen Tino Sáenz de Verastegui Ostos.

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