Los herederos al trono vacuno
Por Oscar Díaz Salazar
Si aún conservan un poco de vergüenza, un mínimo sentido del decoro político, un rescoldo de decencia política, los integrantes de los clanes García Cabeza de Vaca y Gómez Leal, deben estar preparándose para la salida de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de la Casa de gobierno, del Palacio de gobierno y de la titularidad del poder ejecutivo del gobierno de Tamaulipas. La pretensión del actual mandatario estatal de heredar el cargo a un familiar, que puede ser consanguíneo o por contrato matrimonial, hace necesaria la salida anticipada del cargo, para disimular esa sucesión que mucho se parece a las que ocurren en las naciones donde tienen por gobierno a una monarquía hereditaria. El modelo ya lo aplicaron, en el pasado reciente, los hermanos Moreira en el Estado de Coahuila. El maestro bailarín, Humberto, habilitó a un encargado del changarro, un gobernador sustituto, para que le cuidara su salida y garantizara la llegada de su hermano Rubén al Palacio de gobierno de la tierra del sarape. La otra ruta que pudieran seguir los clanes que gobiernan en Tamaulipas, es el que recorrieron los Moreno Valle en Puebla. Rafael gobierna el sexenio completo. Designa un candidato – sucesor por un periodo corto. Y regresan al poder con la candidatura y el triunfo de la esposa, Marta Erika Alonso de Moreno Valle.En ambas opciones, tanto en la salida anticipada, como en la conclusión del periodo sexenal, con una minigubernatura precediendo el regreso por otros seis años, en las dos posibilidades, tendrían oportunidad de heredar el cargo su hermano Ismael o la esposa Mariana.La salida anticipada parece ser la mejor opción en este momento para uno de los integrantes mas protagónicos del club de gobernadores insurrectos. La notoriedad que ha alcanzado como promotor de la “Alianza Feudalista”, ya no dio para más. Tamaulipas es todo nuestro querer, para los tamaulipecos. Pero en el concierto nacional tiene solo 9 distritos electorales y un porcentaje mínimo de población. Y los argumentos y reclamos que tienen sustento en las cifras alegres y triunfalistas de Cabeza de Vaca, son los mismos que repiten todos los gobernadores. Acortar el gobierno para que un tercero sea quien cierre el periodo sexenal, serviría para oxigenar un gobierno agotado, que ya no tiene nada que ofrecer a los tamaulipecos, que se ahoga en medio del descredito y de un montón de denuncias mediáticas y legales; un gobierno cuestionado, sumamente endeudado, con subejercicios, señalado de tolerar y fomentar abusos policiacos; que persigue a sus enemigos políticos y que perdió totalmente la credibilidad.La opción para Cabeza de Vaca es buscar el fuero que le representa una diputación federal. La Cámara de Diputados es un espacio que no han sabido, o no han podido, utilizar los panistas de la actual legislatura, para destacar y construir una candidatura a la presidencia de la república.La presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, es el espacio que le dio relevancia nacional a dos políticos de la época moderna, que con el tiempo se convirtieron en candidatos presidenciales: Felipe Calderón y Ricardo Anaya; de ahí que resulte una plataforma que pudiera buscar Cabeza de Vaca, desde luego posterior a la diputación federal, y al fuero, para dificultar que las acusaciones mediáticas, las investigaciones y las carpetas en las que se menciona el nombre del gobernador, lo lleven a compartir la suerte de Tomas Yarrington y Eugenio Hernández.La sucesión monárquica es un pronóstico generalizado en las filas del panismo tamaulipeco. La fórmula sorprendió a muchos con la nominación de Ismael García como candidato al Senado de la República, pero fue acatada sin chistar por todos y cada uno de los miembros de un partido cuyos militantes se sentían orgullosos de sus procesos democráticos y muy congruentes para reclamar afuera (democracia), lo que practicaban adentro.El ingreso al gobierno de decenas de familiares de la pareja gubernamental y la “designación” de la presidenta municipal sustituta de Ciudad Victoria, Pilar Gómez, terminaron por convencer a quienes aspiraban a suceder en el cargo de gobernador a García Cabeza de Vaca, y a sus seguidores, que no tenían nada que hacer en ese “escenario”, pues su jefe no se asumía como un servidor público, como un encargado momentáneo de una responsabilidad asignada por el pueblo de Tamaulipas, ya que el gobernador se visualiza más bien como el Soberano del Nuevo Santander o el manager propietario de la “Vaca Corporeichon”