Por Oscar Díaz Salazar
Luis Spota publicó una serie de libros sobre la sucesión presidencial en México titulada “La costumbre del poder”. De esa colección de seis libros, tomo el titulo del texto que aborda los momentos previos al destape del candidato “La víspera del trueno”, para comentar que los tamaulipecos vivimos la víspera del trueno, estamos en vísperas de que se pronuncien las “palabras mayores”, la fase previa a los dedazos vacunos, que habrán de favorecer a varios personajes con una candidatura para un cargo de elección popular por el Partido Acción Nacional.
La próxima semana se darán a conocer los nombres de los favorecidos con las candidaturas del PAN – gobierno, según lo declaró el gerente del Comité Directivo Estatal del PAN, Luis “El Cacharro” Cantú, a periodistas de la capital tamaulipeca.
El Cacharro Cantú dará lectura a la lista de los listos que lograron hacerse de una candidatura, ya sea por su militancia, por comprar el espacio, por tener buenos padrinos, por compromisos con factores de poder, por su popularidad, por cuotas de género, por suerte, por casualidad, por ser idóneos, por su preparación y trabajo, por coaliciones de facto o por obra y gracia del espíritu santo.
Los que han andado en política saben que estos días, previos a que se emitan las palabras mayores, esta fase que identificamos como la víspera del trueno, a la manera de Luis Spota, son muy delicados, y se deben vivir con mucho cuidado, pidiendo al santo de su mayor devoción que nada malo ocurra, rezando porque no se arruine “el proyecto”, haciendo changuitos para que no se les caiga la candidatura, y portándose bien.
Aunque a estas alturas del calendario electoral ya deben estar definidas la mayoría de las candidaturas, siempre hay un margen para cambiar la decisión. Una llamada de un personaje importante que solicita la candidatura para otro; un escándalo conyugal que explota; una infidelidad que se hace pública; un pendiente con la justicia que se reactiva; una fotografía que sale a la luz pública con personas non gratas al jefe; las pruebas de los vínculos del aspirante con un asunto de corrupción; el veto de un cercano a quien toma las decisiones; los ajustes que se deben hacer para cumplir cuotas de género; no contar con los documentos en regla; la difusión de los “pendientes” que tiene el candidato en otra ciudad, estado o país, etc., son algunas de las razones que han frustrado candidaturas que se creían firmes, “amarradas”.
Haciendo una analogía, que puede resultar de mal gusto, les puedo decir que transitamos por un periodo, en el tema político, parecido al que los católicos llaman el tiempo de “correr las amonestaciones”, que de acuerdo al diccionario de Google es “el anuncio público de la intención de los novios de contraer matrimonio, con la finalidad de asegurar que no existe ningún asunto legal o de otra índole que pueda impedir dicho enlace. Es un anuncio con fotografía y los datos de los novios, avisando que próximamente contraerán matrimonio”.
Ahora es el tiempo de que la comunidad, los parroquianos, le digan al sacerdote albiazul si zutano es pecador, si mengano es casado o tiene hijos “regados”, si fulana es pecadora, si son inmorales, pecadores, si los contrayentes son familiares, etc., etc.
La información a tiempo, la información que cura, es momento de compartirla ahora, antes de que se formalice el vínculo, antes de que esa unión haga infelices a los contrayentes, es decir al pueblo y sus autoridades.
