González Valderrama: el nuevo tamaulipequismo…
José Ángel Solorio Martínez
Más de 200 Organismos Autónomos (OA), que manejan en la opacidad casi 450 mil millones de pesos serán pasados a la báscula por los sabuesos de la IV Transformación. Para abrir boca, citaremos a dos de los más emblemáticos por su ineficiencia y su inmoralidad: el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) hasta el Instituto Federal Electoral (IFE), serán fiscalizados por una comisión del poder Ejecutivo federal.
El IFAI, se ha distinguido por ocultar información a la sociedad y de ser una carga financiera para el pueblo; el IFE, ha tolerado dos de los fraudes más descarados que se tengan memoria en la historia del país: los del 2006 y 2012.
No se trata de masacrarlos.
No.
Se intenta, de pasarlos a un sistema de escrutinio para que no se roben lo que la mafia del poder puso en sus manos por décadas.
En este primer apretón, se intenta recuperar al menos el 10 por ciento de ese monto. A ojo de buen cubero, serían más de 40 mil millones de pesos.
Una baba de perico para lo que se embolsan, miles de burócratas dejados sembrados en esos cargos por el liberalismo y sus secuaces. De ese más de dos centenares de instituciones, se benefician banqueros, científicos, periodistas, académicos, deportistas, empresarios y otros engendros del mal, que cobran unas millonadas como asesores o como mandaderos.
En unos días, en plena Mañanera, se sabrán todas las atrocidades presupuestarias de esa turba de truhanes que han engordado sus cuentas chupando el dinero que debiera ser invertido para el desarrollo del país.
Lo interesante para Tamaulipas, es que el coordinador de esos trabajos –de encuerar a los burócratas de esos OA– es un ilustre paisano: Rodolfo González Valderrama.
El tampiqueño, se coloca así, en el activo de la IV T, más cercano a las tareas del Presidente, Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué él y no otro?
Muy probablemente, por la confianza que ha logrado con las responsabilidades asignadas por López Obrador. Ya operó como el interlocutor, vigoroso interlocutor, con los tiburones de la información –Televisa y TV Azteca– para sumar esas empresas a las tareas de la educación a distancia por los efectos de la pandemia. Y anteriormente, con el pulcro resultado presentado con la indagación sobre los fideicomisos que terminaron en su demolición y que reportaron millones de pesos de ahorro para el gobierno lopezobradorista.
Ya tocaba una buena noticia para Tamaulipas.
Después de que Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores llevaron el tamaulipequismo a grados de pena real, –la cárcel, siempre es más que bochornosa– lo de González Valderrama, es una bocanada de aire fresco.
No es lo mismo, ser llevado a chirona por ladrón y malandro, que ser protagonista de una jornada –que seguramente se transformará en histórica– para limpiar la república de tanta materia fecal desparramada por el neoliberalismo…