Por Oscar Díaz Salazar
Contrariando totalmente la narrativa del presidente López Obrador, en cuanto a vivir modestamente, con austeridad republicana, sin ostentación y sin apego a las riquezas materiales, el diputado federal Erasmo González Robledo anda por la vida como nuevo rico, como magnate, como el Donald Trump mexica, como el Rico Mac Pato del sur de Tamaulipas, como el «Güicho Domínguez» de la 4 T.
Erasmo González se está consolidando como el político tamaulipeco más importante de la corriente, -pero muy corriente- lopezobradorista en la entidad. Con las alforjas llenas de billetes, producto del contrabando y el contratismo petrolero, el tampiqueño González Robledo fue el socio capitalista de su compañero de legislatura, Mario Delgado, en la adquisición de la presidencia de Morena.
El financiamiento para la campaña en pos del liderazgo de Morena fue tan abundante, que dio motivo a las querellas del candidato derrotado, el también diputado federal Porfirio Muñoz Ledo, quien impugnó el resultado, precisamente por el derroche de recursos.
Los anuncios espectaculares que se contrataron en todo el país para promocionar la imagen de Mario Delgado en su pretensión de ser presidente de Morena, -estrategia y gasto inédito en procesos internos-, fueron patrocinados por un grupo de «negociantes» de la frontera, que son los «promotores» de Erasmo González, y que a partir de esa «inversión», también lo son del líder nacional de Morena.
El traslado en vehículos blindados y de lujo, el pago de boletos de avión, el alquiler de salones para las reuniones proselitistas, el pago de alimentos y de equipo, son algunos de los gastos que sufragaron los «negociantes» de Reynosa para «amarrar» al diputado Mario Delgado. Desde luego todo esto con la mediación de Erasmo González.
Los actores políticos de la cuatro T, acostumbrados a aportar cada quien sus gastos, y sabedores de que la austeridad republicana es una realidad entre la mayoría de los que integran el actual gobierno y su partido, y no solo una predica del presidente, se sorprendieron con la campaña de Mario Delgado, porque fue una campaña sin miserias, o más bien a todo lujo, y de ejemplo señalan que para los actos de campaña, elegían salones adjuntos de los mejores hoteles, en los que rentaban, pisos o áreas completas, incluyendo 30 – 40 habitaciones para los invitados y sus achichicles.
Erasmo González Robledo fue diputado local de Tamaulipas. Compañero de legislatura de Rigoberto Garza Faz, apodado el Riguín por sus amigos. Fue el junior del ex alcalde Rigoberto Garza y sobrino del magnate Ramiro Garza, quien presentó a los Carmona, al actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados. El paso muy afortunado y oportuno de Erasmo González a Morena, se debe a los buenos oficios de la familia que tiene el presidente Lopez Obrador en Tampico, a las señoras identificadas como las «Ursulas».
Los Carmona, metidos en los grandes negocios aduaneros y en los contratos de Petróleos Mexicanos en el sur del país, son los patrocinadores de Erasmo González y Mario Delgado. De ese grupo salieron los gastos para la campaña de Mario Delgado. De ahí llegaron las despensas que reparten varios de los políticos morenos.
El choque de intereses políticos y económicos, principalmente en el manejo de las aduanas, los ha llevado a confrontarse con el JR. Por esos conflictos ha trascendido a la luz pública los negocios que traen unos y otros, pues como bien dicen, «cuando se pelean las comadres, la verdad se sabe».
Uno de los problemas que tendrá que enfrentar el diputado Erasmo Gonzalez, para consolidarse como el ente político más importante de Morena en Tamaulipas, será diluir la inconformidad que genera en sus correligionarios, por su afán de empoderar a sus amigos, – priistas, no podía ser de otra forma con su biografía- en detrimento de los militantes que vienen de la izquierda.
De ese segmento de morenos que desconfían de los priistas, vienen, -y vendrán más-, las descalificaciones al «Güicho Domínguez» de Tampico.
