Monstruo de acero acaba con reservas naturales; Laiken Jordahl documenta destrucción de flora y fauna
CIUDAD DE MÉXICO.
Apesar del calor, el frío o la pandemia de covid-19, durante todo el año Laiken Jordahl, campañista del Centro para la Diversidad Biológica, ha permanecido en la primera línea de defensa de las tribus y de las poblaciones de vida silvestre en la frontera entre Estados Unidos y México.
Semana a semana, mes con mes, como ningún otro ambientalista, el activista graduado de la Universidad de Arizona en Estudios Latinoamericanos y Desarrollo Sustentable se mantiene en contacto a través de sus redes sociales y medios de comunicación que lo quieren escuchar, para denunciar las atrocidades que se cometen en la construcción del muro de Donald Trump.
Hablante del español, que aprendió durante su estancia en Guatemala en 2012, donde trabajó y estudió en el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica, Laiken Jordahl documenta con fotografías y videos la enorme cicatriz que cuadrillas de trabajadores provocan en reservas naturales para levantar el monstruo de acero y concreto de nueve metros de altura.
Laiken cuenta gustoso a sus amigos que aprendió español trabajando de mesero en la Ciudad de Antigua, Guatemala, en su época de estudiante, donde también conoció la cultura de Latinoamérica.
A través de su lente y sus relatos en tiempo real pudimos enterarnos en 2020 de la muerte de cientos de sahuaros, cactus de más de un siglo de vida, arrancados de tajo por maquinaria pesada en los límites del Organ Pipe Cactus National Monument y la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar.
También pudimos indignarnos junto con él por el deceso del primer ejemplar documentado de fauna protegida a la sombra del nuevo muro. Un macho de venado bura, que perdió la vida al intentar regresar al sur, hacia territorio mexicano en busca de agua y alimento, lo que regularmente ocurre durante los meses más calurosos, y que se encontró con una barrera infranqueable.
Además, vimos cómo manifestaciones pacíficas de integrantes de la tribu tohono o’odham, con presencia en ambos lados de la frontera, fueron reprimidas con gases lacrimógenos y arrestos violentos, por oponerse a que se sigan profanando sus tierras sagradas en los límites entre Lukeville, Arizona y Sonoyta, Sonora.
Las crónicas de Laiken dieron también cuenta de la explotación de las escasas aguas subterráneas del desierto de Sonora, así como del emblemático y frágil oasis de Quitobaquito, para hacer la mezcla de varilla y cemento para la megaobra.
Más hacia el sur de Arizona, fuimos testigos de las explosiones con dinamita que se realizan a todas horas en sitios remotos, para abrir paso al nuevo muro, como es el caso del Cañón de Guadalupe, que colinda con la zona de influencia del Área de Protección de Flora y Fauna Bavispe, en las llamadas Islas del Cielo, en el estado de Sonora.
Con la ayuda de drones apreciamos cómo los escombros de las detonaciones vuelan hacia el lado mexicano, hábitat crítico de especies en peligro de extinción como el jaguar, y donde es prácticamente imposible que pueda haber tráfico de personas, armas o drogas, debido a su complicada orografía.
En sus más recientes mensajes, el campañista del Centro para la Diversidad Biológica hizo un llamado al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden para que en el primer día de su mandato cancele todos los contratos de construcción del muro y detenga la compra de tierras para seguir avanzando en este propósito.
El activista, además, denunció que Donald Trump está aprovechando hasta el último minuto para avanzar más kilómetros y pulverizar el desierto.
Recientemente, organizaciones de la sociedad civil de México y Estados Unidos se aliaron para enviar en los primeros días de 2021 una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador donde le pedirán fijar una posición clara contra el nuevo muro fronterizo.
En la misiva advierten que también se está obstruyendo el flujo de afluentes como el río San Pedro, que fluye de Sonora a Arizona, y es hogar de más de 250 especies de aves migratorias y 84 especies de mamíferos, incluidos jaguares, tejones, castores y murciélagos.
Mientras esto ocurre, Laiken Jordahl sigue presente en el área y no deja de denunciar lo que ocurre en estas maravillosas tierras que comparten Estados Unidos y México.
“He pasado este año viendo cómo los lugares que más amo en el mundo son derribados para abrir paso al muro fronterizo. A veces siento que estoy gritando a todo pulmón, solo en el desierto, sobre esta farsa”, escribió recientemente en su cuenta de Twitter el ambientalista.
LOS DAÑOS
- Laiken Jordahl, quien es campañista del Centro para la Diversidad Biológica, documentó el deceso de un macho de venado bura, que perdió la vida al intentar regresar al sur, hacia territorio mexicano en busca de agua y alimento.
- Organizaciones civiles enviarán una carta al presidente de México para informarle que se está obstruyendo el flujo de afluentes como el río San Pedro, que atraviesa de Sonora hacia Arizona, y es hogar de más de 250 especies de aves migratorias y 84 especies de mamíferos, incluidos jaguares, tejones, castores y murciélagos.