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¿Es posible arrebatar jóvenes al crimen? Reintegra te sorprenderá

CIUDAD DE MÉXICO

Es común pensar que un joven delincuente ya no puede dejar esa vida y que es irrecuperable para la sociedad, pero hay quienes consideran y muestran lo contrario: que se le puede ayudar y reinsertarlo con éxito en la sociedad.

En sus cerca de 40 años la Fundación Reintegra A.C. ha demostrado que niñas, niños y adolescentes pueden ser alejados de la delincuencia, ya sea de manera preventiva o bien al evitar su reincidencia, pues ha podido atender con éxito a más de 40 mil personas de manera directa y a más de 200 mil de manera indirecta.

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Sólo el año pasado 3 mil 682 niñas, niños, jóvenes y adolescentes  fueron alejados del delito y la violencia en la Ciudad de México, algunos, incluso, tras haber cometido algún ilícito no reincidieron y se convirtieron en parte de las miles de historias que esta fundación transforma “para vivir en libertad y paz”.

Y si bien hay quienes consideran que una vez que un menor de edad, por ejemplo, roba un celular ya no dejará de hacerlo, la maestra y directora General de Reintegra Jimena Cándano Conesa opina lo contrario: es el momento idóneo para ayudarlo y empujarlo a una vida pacífica.

“Sigue siendo redituable trabajar con adolescentes porque, sobre todo, están empezando y están en un proceso de construcción y aprendizaje en el que es más fácil trabajar con ellos para que no sigan escalando en esta cadena criminal”, aseguró en entrevista con Excélsior Digital.

La Fundación cuenta con los siguientes tres programas para apoyar a los menores de edad a construir una sociedad justa y segura, de la mano de familias, gobiernos e instancias privadas:

  1. Construyendo Proyectos de Vida: Reinserción de adolescentes
  2. Puedes Soñar: Prevención Comunitaria (en colonia Guerrero y el barrio de La Lagunilla)
  3. Fianzas de Libertad

El primero benefició de manera directa a 250 jóvenes y 302 familias; el segundo a 2 mil 524; y el tercero a 606 con la entrega de 676 fianzas.

MENORES CON PROBLEMAS CON LA LEY

De acuerdo con Cándano Conesa el principal delito que los jóvenes de entre 12 y 18 años cometen es el robo, en especial el robo a transeúnte y Reintegra cada año atiende entre 200 y 380 jóvenes; es decir, cerca del 60 por ciento de los jóvenes con alguna sentencia con medida en libertad en la capital.

Al 27 de noviembre la Subsecretaría de Sistema Penitenciario de la Ciudad de México contabilizaba a 141 jóvenes en internamiento y a 58 más en el Centro Especializado de Medidas de Externamiento para Adolescentes, lo que daba una suma de 159.

Del total, en lo que se refiere a los delitos de externación, es decir, en los que la sanción penal se enfoca al fortalecimiento de los valores sociales, éticos, cívicos y morales que permita la reinserción social, 43 por ciento se refiere a robo; 24 por ciento a delitos contra la salud; 7 por ciento a portación de arma de fuego, a privación de la libertad y a violación, cada uno.

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Además, 5 por ciento corresponde a lesiones; 3 por ciento a homicidio y 3 por ciento a otros ilícitos.

Sin embargo, ha destacado durante más de tres décadas por su trabajo y su éxito al arrebatar a la vida delincuencial a niñas, niños y jóvenes, ya que “96 por ciento de los chavos  que atendemos no vuelven a cometer un delito”.

La situación de la criminalidad de los menores también fue cambiada con la llegada de la pandemia, pues Cándano Conesa consideró que con ello la detención de menores ha ido a la baja, sobre todo en los primeros tres meses de la cuarentena principalmente por dos razones: el confinamiento y la falta de personas en la calle, incluso de los mismos jóvenes; y la otra, la falta de judicialización de los casos.

“Durante los primeros tres meses de pandemia se redujeron las detenciones y los tiempos legales se atrasaron un poco. Entonces estamos atendiendo a menos jóvenes, ahora son cerca de 90 en este año y a lo mejor llegamos a 100, en lugar de los 200 que son anualmente en promedio”, comentó  la directora de Reintegra.

No obstante, aclaró que si bien aún están las cifras definitivas, aun cuando hay ilícitos van a la baja otros, como los relacionados a la salud, pueden ir al alza, motivo por el que necesaria la prevención.

PANDEMIA Y UNIÓN FAMILIAR POR LA PAZ

Si bien la pandemia por Covid-19 también ha traído obstáculos para Reintegra como la disminución de beneficiarios, Cándano Conesa consideró que el público al que llega la ayuda es mayor debido a que gracias a las actividades por la plataforma ZOOM no sólo los menores son atendidos, pues sus familias se les unen.

“Estamos contentos porque, por lo general, en el programa de ‘Prevención Comunitaria’ trabajamos con niñas, niños y adolescentes e intentamos también con padres de familia, aunque son menos, pero ahora con la contingencia hemos tenido la suerte de poder entrar hasta sus casas y trabajar con los hermanos, la abuelita, los papás”, dijo.

Pero este fenómeno no se queda sólo en la colonia Guerreo y el barrio de La Lagunilla, sino que en el programa de “Construyendo Proyectos de Vida: Reinserción de adolescentes” los jóvenes que son apoyados ahora son respaldado por sus familiares en talleres, grupos de apoyo para terminar sus estudios, terapia individual, grupal y familia, capacitación laboral, entre otras actividades.

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“Ahora trabajamos con mamá, papá e incluso con algún hermano que los padres piden que entren a estas dinámicas. Se reducen beneficiarios, pero también crece. Creemos que vamos a acabar el año atendiendo a la misma población que en 2019”, dijo.

Explicó que ha habido familias que la han marcado, pues han reconocido que lo que hacían por sus hijos no necesariamente era lo mejor y porque nadie les enseñó a ser madres o padres y que gracias a Reintegra han mejorado en ello, pues no siempre las razones por la que los menores delinquen son un hogar disfuncional o el abandono, también puede ser la sobreprotección y la conjunción con otros factores de riesgo.

Gracias a la Fundación Reintegra hay menores de edad que se han alejado de la delincuencia o están en proceso de hacerlo y, mejor aún, encuentran a personas con las que pueden sentirse valorados, escuchados y atendidos para tener una vida en armonía y paz.

Los chicos nos han dicho: ‘Es la primera vez que siento que soy importante para alguien, que alguien me voltea a ver’. Eso me ha marcado mucho, porque dice mucho de nosotros como sociedad y adultos en torno al abandono en el que tenemos a estas niñas, niños y jóvenes.

“Nosotros pensamos que desde el momento en el que cruzan la puerta de Reintegra ya son alguien importante, por lo que el atenderlos de forma sonriente, cariñosa y darles la importancia que tienen es importante”, aseguró Cándano Conesa.

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