Política

ALIANZA RIESGOSA

Conscientes de que competir por separado contra Morena los llevaría a una derrota electoral inevitable, los adversarios de AMLO y del partido que gobierna el país, PAN, PRI, PRD y las principales agrupaciones empresariales, se han visto en la necesidad de armar un bloque opositor, sin embargo, parece que no han considerado, o quizá sí pero no tienen otra opción, sobre los riesgos que conlleva una alianza entre organismos ideológica y políticamente incompatibles.
La experiencia enseña que no siempre la suma de los contrarios supera al enemigo común a vencer. El motivo, que el sufragio de los simpatizantes de cada partido político no se traslada íntegra y automáticamente a los aliados, los militantes que no aceptan los acuerdos de las cúpulas ni están dispuestos a hacer causa común con organizaciones que no son afines, como las del PRI con el PAN y el PRD, se abstienen o incluso votan en contra.
En el proceso electoral tamaulipeco de 2016, por ejemplo, los que llevaron al triunfo al PAN no fueron los panistas y sus simpatizantes, sino los propios priístas. En la del 2021, en cambio, los integrantes de la base dura priísta continuarán apoyando al tricolor, otros lo harán por los panistas y muchos respaldarán también a los abanderados de la Cuarta Transformación.
De acuerdo con las encuestas más recientes, el PRI tiene una opinión negativa entre los ciudadanos que va del 40 al 72 por ciento, la positiva, en cambio, es del 16 por ciento, el PAN tiene 56 negativos y 26 positivos, en tanto que el PRD llegará a los comicios del 2021 con diez estados en los que ha perdido el registro y el 54 por ciento de los votantes tiene un parecer favorable de Morena y el negativo es de 23 unidades.
Además, a seis meses de las elecciones, Morena aventaja 2 a 1 a Acción Nacional y al Revolucionario Institucional en las preferencias populares. Según la pesquisa de Buendía & Loredo a petición del periódico El Universal, dada a conocer el primero de diciembre pasado, Morena tiene una intención de voto del 32 por ciento, mientras que la de Acción Nacional es del 17 por ciento y la del ex invencible del 16 puntos porcentuales.
A decir de la consultora aludida, la aprobación del desempeño del presidente, Andrés Manuel López Obrador, es del 64 por ciento y la intención del voto también favorece al Movimiento Regeneración Nacional con un 32 por ciento sobre la de sus principales adversarios políticos.
Aún no se ha medido el sentir que tienen los electores acerca de la conformación de “Sí por México”, pero la opinión negativa de la élite empresarial es igualmente elevada, especialmente entre los miembros de la clase trabajadora. Una de las causas, es la de los bajos salarios, son testigos de que los patrones se han opuesto sistemáticamente a incrementos salariales superiores al 3 por ciento, argumentan que elevarían la inflación.
En este renglón, a propósito, el sector obrero califica positivamente al gobierno de AMLO, que en el primer mes de la gestión aumentó el salario mínimo un 16 por ciento, disposición a causa de la cual el sueldo de 88.36 pesos, fijado al término de la administración de Enrique Peña Nieto pasó a 123.22 pesos y en la zona fronteriza del norte de 176.72 subió a 185.56 pesos, alza sin precedente en el país pues en el gobierno de Salinas de Gortari la percepción de los sueldos se elevó menos de siete pesos, en el sexenio de Ernesto Zedillo, 20 pesos; en el de Vicente Fox, 9.16; pesos y en el de Felipe Calderón Hinojosa, 11.6 pesos.
Algunos de los empresarios que conforman la alianza Anti-López Obrador convocada por Claudio X. González temen que el descrédito de algunos de los aliados, caso concreto del PRI, vaya a arrastrar a la propuesta de la oposición a una debacle, como les sucedió en la sucesión presidencial de 2018, al menos en aquellos estados en los que la coalición incluye o encabeza el PRI, piensan que si repite la historia de hace tres años el año que viene, sufrirían otra derrota.
A efecto de evitar ese tipo de eventualidad, en Tamaulipas el PAN optó por rechazar toda alianza con el Revolucionario Institucional.

POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ

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