Política

La Comuna

Lo que quedará en pie, el 6 de junio en el sur de Tamaulipas

José Ángel Solorio Martínez

El único municipio que cuenta con un Comité Municipal de MORENA, –de facto, porque de jure, en ninguno de los 43 del estado existe– es Madero, Tamaulipas. Su capacidad de movilización y de operación ha quedado muchas veces de manifiesto: en el cierre de campaña del entonces candidato a la presidencia de la república –2018–, Andrés Manuel López Obrador, convocó a más de 20 mil ciudadanos; en la primera elección el hoy alcalde Adrián Oseguera Kernion (AOK), logró más del 95 por ciento de cobertura de casillas y en la segunda –la reelección de Adrián– estuvo a un uno por ciento de llegar al 100 en la ubicación de representantes de partido en las mesas receptoras de votos y en la tarea proselitista del candidato Américo Villarreal Anaya, ha mostrado su músculo en las jornadas en las cuales el cardiólogo ha dialogado con los maderenses.
Existe una red partidista oficial, sin planes de acción y sin cuadros dirigentes. Eso, lo ha superado AOK, con una estructura paralela para encausar las preferencias ciudadanas a favor del proyecto de la IV T.
El jefe edilicio, ha destacado a nivel nacional, por la ubicación que le han dado las casas encuestadoras en cuanto a la percepción de sus gobernados: el año pasado y éste, ha tenido el envidiable sitio de alcalde mejor evaluado por los ciudadanos.
Como edil de MORENA, ha estado varias veces en un puesto inamovible: ha sido señalado como el alcalde con mayores consensos entre todos sus homólogos del país.
La legitimidad de Adrián, está fuera de duda.
Es uno de los actores torales del morenismo en la entidad.
Una de sus virtudes, ha sido sortear con fortuna, las diferencias con el Ejecutivo estatal. Prudente y sensato, no ha chocado temperamentalmente con el gobernador, como otros de sus colegas lo han hecho, agriando una relación que a nadie ha beneficiado; ni a la autoridad, ni a los gobernados.
Han sobrado motivos, para distanciarse del líder real del panismo tamaulipeco; no le ha ganado ni la soberbia, ni la explosividad en una convivencia que a ratos ha puesto a prueba a quienes no piensan como el reynosense.
Ha sido institucional ante el resultado de la consulta interna. No se ha dejado llevar por la pasión, como es el caso de Héctor Garza González, el Guasón, de quien se dice ya trabaja para el candidato panista Truco Verástegui.
Aparte de la presencia de Oseguera Kerion en el sur del estado, también le sonrió la diosa fortuna. (Dicen en corrillos: un político sin suerte, es un político incompleto). La debacle ética, moral, del grupo encabezado por Erasmo González, –por sus evidentes nexos con sujetos de cuestionables capitales–, le cayó de perlas: con ese vuelco en el escenario maderense, tiene todo el horizonte para gobernar con tranquilidad, e incluso para proponer su propio sucesor en el 2024.
No se ven fisuras, por dónde se pueda filtrar, el triunfo de Villarreal Anaya en la urbe petrolera.
A partir del 6 de junio, en MORENA sólo quedará en pie AOK; las Poquianchis (así se les conoce, en el mundillo político del puerto jaibo) –Olga Sosa y Úrsula Mojica– y Armando Martínez, alcalde de Altamira –del Grupo Guachicol, que capitanea Erasmo– muy probablemente se irán por el caño ante la exhibición de tan precarios resultados electorales y por el palpable e imborrable estigma que en la frente llevan: la G de guachicol.

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