Me niego a tratar con José Manuel
Extensa y muy ilustrativa fue la conversación con un reconocido empresario de la construcción de Reynosa, que si bien no me pidió de manera explícita guardar su identidad, creo prudente omitir su nombre, para no perjudicarlo.Con una actitud de pesimismo y desencanto, comenta que a la mayoría de los constructores les iba mejor con los priistas, respecto a la condición que hoy tienen y el trato que reciben de los panistas.Para explicar su percepción negativa de los gobiernos panistas, municipal (de Reynosa) y de Tamaulipas, señala que hoy los contratos de obra pública están excesivamente concentrados en media docena de empresas, entre las que destacan Tracotamsa y ROCA.Para abundar, comenta que antes también había «moches», pero los priistas acompañaban al constructor en todo el proceso, y aquí utilizó la frase «te llevaban de la mano», para indicar que se preocupaban de que terminaran las obras, pues su «ganancia», comisión o moche, se prorrateaba durante todo el proceso constructivo y se obtenía conforme el empresario recibía las ministraciones por avance de obra.Hoy en cambio los moches, además de ser más grandes, (se habla de cifras que pueden llegar al 30 por ciento), los exigen por adelantado, desde el primer pago o «adelanto» de la obra.Otra práctica nociva que han implementado los panistas, es la conversión del proceso de licitación de obra pública, en una vil subasta en la que los concursos los ganan los que están dispuestos a otorgar las más grande comisiones, los que pueden y están dispuestos a dar los moches más elevados. Estas prácticas están dejando sin trabajo a los empresarios que si saben trabajar, que son garantía de que sus obras están bien hechas, para dar paso a los traficantes de contratos que apuestan grande en las subastas de obra pública.A mi pregunta sobre si tenía trabajo en el gobierno, respondió tajante: NO, porque me niego a tratar con José Manuel, porque al hermano del gobernador nadie lo eligió y porque no tiene, ni debería tener, ningún cargo en el gobierno de Tamaulipas. Me niego a contribuir y aceptar que José Manuel, -a quien conozco y con quién me llevo bien, pero esto no es personal-, continúe ejerciendo funciones y tomando desiciones que no le corresponden. Me niego a avalar el uso patrimonialista que hace el gobernador de su responsabilidad, aunque eso me represente dejar de trabajar y hacer negocios con el gobierno estatal.La esperanza del empresario, como la de muchos constructores, es que el gobierno federal inicie sus procesos de asignación de obra pública, y que en los mismos se aplique, en la realidad, el discurso contra la corrupción que tanto repite el presidente Lopez Obrador.- «Que nos dejen concursar en igualdad de circunstancias, sin trampas y sin moches». Es lo único que pide el empresario de la construcción que ha tenido que emigrar a otras entidades para sobrevivir a los gobiernos panistas.