Calderonismo, astilleros y corrupción // Mouriño, Galicia y negocios // También el método Lozoya // Pérdida: 50 millones de euros
Astillero
Julio Hernández López▲ Paciente en la entrada del Hospital General doctor Eduardo Liceaga, en la colonia Doctores, designado para la atención de casos graves de Covid-19.Foto María Luisa Severiano
La temprana muerte impidió a Juan Camilo Mouriño Terrazo avanzar en una carrera política impulsada con cuidado por Felipe Calderón Hinojosa (quien, muy probablemente, habría intentado hacerlo candidato presidencial panista, a pesar de haber nacido en Madrid), pero no impide que hoy estén bajo la lupa algunas de las acciones emprendidas por quien fue subcoordinador de la campaña presidencial del citado Calderón y, durante el sexenio tan accidentado y funerario de éste, jefe de la oficina de la Presidencia y secretario de Gobernación.
Mouriño Terrazo se había consolidado como el socio ideal para Calderón Hinojosa en la Secretaría de Energía que éste ocupó durante el foxismo y, posteriormente, en la campaña electoral de 2006 y en la fraudulenta ocupación de la Presidencia de la República. Asentado en Campeche, donde su familia tenía y tiene negocios, el joven Juan Camilo (llamado Iván en su círculo cercano) fue apoyado por el michoacano, entonces panista, para que fuera diputado local y luego federal, presidiendo en San Lázaro la comisión de energía, donde mantuvo conflictos de interés que se prolongaron en el historial político que se truncó a sus 37 años de edad, al caer de manera anómala el avión en que regresaba a la Ciudad de México, tras una gira de trabajo.
Entre otros conflictos de interés, fue apoderado y accionista del familiar Grupo Empresarial del Sureste, dueño de estaciones de gasolina, al que adjudicó beneficios siendo representante y funcionario público. En su entorno se hablaba del entreveramiento sistemático del ejercicio del poder público con intereses económicos particulares. De todo esto se habló en abundancia y con firmeza en esta columna mientras Mouriño vivía y cuando estaba en la plenitud de su poder.
El 18 de julio de 2007, según publicó La Voz de Galicia y retomó el columnista Carlos Fernández-Vega en su entrega de México SA en La Jornada, “el jefe de la Oficina del Presidente, Juan Camilo Mouriño Terrazo, hijo del actual presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño, contactó la pasada semana en Vigo con empresarios del sector para valorar el inicio de negociaciones a corto plazo. Mouriño Terrazo declaró que su gobierno está muy interesado
en el establecimiento de acuerdos con el sector naval gallego, situado entre los mejores del mundo. Queremos encargar nuestros barcos en Galicia, pero también que inversores gallegos puedan entrar en México para ayudarnos a desarrollar este sector
. (https://bit.ly/2PANSpx).
El calderonismo no pudo concretar esos peculiares negocios de ayuda para rescatar dos astilleros gallegos, Hijos de J. Barreras y Navantía, pero sí lo hizo el agradecido peñismo (Calderón había dado paso a Peña para que llegara a Los Pinos y no Josefina Vázquez Mota, la panista indeseada por el vengativo Felipe, que no le perdonó que hubiera desplazado a Ernesto Cordero). En noviembre de 2013, Emilio Lozoya, como director de Pemex, propuso al consejo de administración de PMI Internacional la compra de 51 por ciento de las acciones de la empresa naviera Hijos de J. Barreras, en condiciones desventajosas (como en el caso de Agronitrogenados), pues estaba a punto de la quiebra. Además, encargó a esa misma firma la construcción de dos floteles (hoteles flotantes), con costo de 145 millones de euros, los cuales luego no se pudieron revender por la enorme disparidad entre el costo oficial y el valor real de mercado.
Santiago Nieto Castillo, director de la hacendaria Unidad de Inteligencia Financiera, ha hablado de pérdidas por unos 50 millones de euros. Finalmente, el mes pasado, Pemex se deshizo de sus acciones, recuperando la inversión inicial pero arrastrando una enorme pérdida acumulada.
Y, mientras la Fiscalía General de la República pone en entredicho la designación que en su momento hizo Claudia Sheinbaum de Jesús Orta como jefe de la policía de la Ciudad de México, ahora acusado de desvío de recursos y adquisiciones a sobreprecio cuando fue funcionario de la Policía Federal durante el peñismo, ¡hasta mañana!