Nuevo Laredo, Tamps.- Este hubiera sido el primer fin de semana de la Feria de Expomex, aunque anteriormente desde 1958 se había cancelado en dos ocasiones – en el 2011 y 2012- este año la pandemia generada por el Covid-19, frustró una de las fiestas más importantes de Nuevo Laredo.
Este año se nubló por completo la posibilidad de percibir los antojitos mexicanos, se silenció la voz del merolico vendedor de cobijas y además se imposibilitó apreciar las artesanías de otros estados del país.
Entrar a Expomex era sinónimo de festejo, alegría, color y orgullo mexicano que convocaba a gran parte de la ciudadanía, cuyo objetivo ha sido sobre todo la exposición agrícola, industrial, cultural, gastronómica, artística y sobre todo turística.
Pasar por la Feria significaba también disfrutar en familia de los juegos mecánicos, de apreciar el rito de los voladores de Papantla o simplemente del jocoso ambiente que deleitaba a los visitantes.
Sin embargo, aunque cada año los inicios de septiembre denotaban tradición y encanto, poco a poco se cicló, lo que significó una monotonía que desafortunadamente ha hecho que el encanto por la Feria vaya en descenso.
A través de las redes sociales muchos fueron los neolaredenses que recordaron con tristeza las festividades de años anteriores, aunque por otro lado, no faltaron las opiniones de que esta festividad está “muerta” desde hace años.
EXPOMEX: ‘LO MISMO DE SIEMPRE’
A pesar de que ha sido tradición y parte del folclor local, con el tiempo para algunos se fue volviendo lo mismo, generando un declive atribuido por muchos ciudadanos a que cada año siempre han sido los mismos juegos, puestos comerciales, lo mismo de lo mismo que terminó aburriendo a la población.
“¿Por qué no extrañamos la feria? Porque si eres originario del pueblo, ella murió hace más de 20 años; esa sí era nuestra fiesta, donde te encontrabas todo el pueblo; qué tiempos donde era de ley pasearnos primero por donde estaba el ganado fino de los ranchos de nuestra región, y pasear pensando que te ibas a encontrar a la persona que te gustaba y llegábamos del Palenque hasta las 5:oo de la mañana.
Qué tiempos… esa sí era nuestra Feria”, expresó una ciudadana a través de redes sociales.Por allá a finales de los 90, las familias enteras caminaban a casa sin tener incidentes de seguridad, el deseo de ir a disfrutar de artistas de renombre, eran unos de los focos de atención en la ciudad.
“Recuerdo como admiramos aquellos ejemplares de toros y vacas de los ranchos, era todo un evento preparado con excelentes artistas, la adrenalina de los buenos juegos mecánicos, fueron buenos tiempos y ni hablar de los artistas que llegamos a conocer”, mencionó Víctor.
Aunque esta sería la edición número 63, y la tercera vez que ha sido cancelada, algo claro que dejó la suspensión de esta fiesta es que los neolaredenses aún desean que en años próximos continúe y no se pierda la tradición, pero que también se recupere la forma de como años atrás la preparaban.
