Política

Con Urbanidad

Por: Vicente Hernández

“Escuché gritos a mi espalda, levanté la vista que tenía fija en la plaza y vi que todos los ocupantes del piso habían sido puestos de cara a la pared en que se encuentran las puertas de los elevadores. Metralleta en mano unos individuos rompían a jalones los alambres del motor que usábamos para el aparato de sonido. ¡Contra la pared, hijos de la chingada! ¡Ahorita les vamos a dar su revolución!”
“La noche de Tlatelolco” ‹Elena Poniatowska›

Los políticos que se sintieron damnificados por el cambio de régimen, sobreviven alimentando la ilusión de volver a los tiempos de Luis Echeverria o de José López Portillo, o mas actual al de Enrique Peña Nieto, cuando el saqueo institucional alcanzo su máximo nivel. Estos políticos se encuentran agrupados en lo que comúnmente se conoce como “el hampa política” o como bien lo bautizo el ex presidente Carlos Salinas de Gortari “La Nomanklatura” este nombre en alusión a las pandillas de la alta burocracia en la Rusia comunista, que secretamente se apoderaron de las fábricas, las minas, el petróleo y los principales bienes de la ex Unión Soviética.

De la Nomenklatura en México aunque se tienen solo vagos datos sobre su nacimiento, algunos historiadores y analistas políticos la ubican en el año de 1928, cuando la muerte del presidente Álvaro Obregón elimino abruptamente al caudillo que repartía el botín gubernamental entre los altos funcionarios, militares, gobernadores, legisladores, burócratas de alta, y media categoría, y a los caciques regionales que tan buen servicio le prestaban a la clase gobernante de ese entonces.

A raíz de este cambio de reparto de la riqueza nacional, se temieron enfrentamientos entre los que salieron afectados por no recibir mas prebendas como estaban acostumbrados, y el recién encumbrado en el poder Plutarco Elías Calles, pero no fue así, y en una sorpresiva demostración de cordura y unidad en torno al nuevo mandatario, conciliaron intereses y en masa (salvo excepciones) se afiliaron al recién fundado PNR, abuelo paterno del actual PRI, entonces una vez afianzados en las entrañas del partido, aceptaron que fuese en el secreto de este, donde se asignarían los cargos públicos, se orquestaran las corruptelas, y se castigaran a los indisciplinados, asimismo se acordó que este instituto asignara por respectivos turnos, un presidente de la republica a las tres fracciones en la que estaba integrada la entonces también naciente “Familia revolucionaria”.

Las fracciones que integraban esta prospera familia, estaban compuestas por: los obregonistas, los callistas, y los llamados “socialistas” esta ultima compuesta por caciques estatales, estas fracciones vendrían a ser lo que hoy día conocemos como, los tres sectores del PRI: el popular, el obrero y el campesino, así entre turno y turno, los grupos recibían acomodos administrativos, gobernaturas, curules, y otras prebendas, mientras les tocaba el “premio gordo” estos arreglos entre familias eran similares a los que celebraban las familias sicilianas en Italia, entonces lo que en un principio se temía, que los grupos se disputaran a balazos el botín creando con esto un ambiente de barbarie, termino en un amistoso arreglo.

Gracias a todo lo anterior, México creció, y creció, con una aparente paz social, y todo estallido de insurrección o emancipación, fue sofocado y acallado por las diversas policías y grupos paramilitares de una manera rápida y eficaz, pero junto al crecimiento del país también creció el numero de miembros de la Nomenklatura, sumando miles y miles de politicastros que se adherían para reclamar su rebanada de pastel, cuando Luis Echeverria llega a la presidencia de la república, se encuentra con una Nomenklatura muy fortalecida y voraz, que obligaron al mandatario a fabricar dinero sin ton ni son, lo que lo llevo a desencadenar una de las peores crisis financieras de la cual todavía tenemos secuelas. Actualmente, aunque con otro nombre y actualizada, la Nomenklatura esta viva y al acecho, pero al igual que su contraparte: “El Yunque” la organización secreta fundamentalista de distinguidos militantes del PAN, los que integran estas dos fraternidades niegan rotundamente su existencia.

En el libro de la historia de México, abundan las paginas que reseñan guerras, levantamientos, rebeliones y revoluciones, pero una de las paginas mas vergonzantes de este libro fueron escritas durante la llamada “Guerra Sucia”, salpicada de sangre inocente, de sangre insurgente, pero sobre todo de sangre valiente, de gente que fue arteramente baleada, cazada y masacrada, tanto en la Plaza de las Tres Culturas como en la manifestación pacifica del “Jueves de Corpus”, y fue precisamente el 8 de julio de este 2022 cuando en la mayoría de los periódicos de México y del extranjero, se da la noticia de que el ex presidente Luis Echeverria Álvarez fallece a los 100 años de edad en su casa de Cuernavaca Morelos, y cuando uno se pone a ver la fotos en sus últimos años de este apacible viejecito, también se hace uno estas preguntas:

¿Cómo pudo morir una persona tan tranquilamente cuando fue señalada de crímenes de lesa humanidad? ¿Qué pensamientos cruzarían por su mente desgastada, (que no atormentada) en sus últimos años de lucidez, este hombre que tuvo en sus manos la importante decisión de salvar, encarcelar o mandar a la muerte a estudiantes, idealistas, y luchadores sociales, que sucumbieron bajo la artera metralla de un ejército, que estaba para defenderlos, no para masacrarlos ¿Podrá tener reposo en su tumba, el hombre que no fue capaz de impedir que las calles se llenaron de cuerpos maltratados, heridos, muertos, mancillados tanto física como ideológicamente, por un grupo paramilitar como fueron “Los Halcones”? ¿Podría haber visto algún día de su vida, las caras de frustración de las viudas, hijos, y madres, de aquellos que cayeron en la plaza llamada irónicamente “De las tres culturas” para mala suerte nuestra, no pudimos ver la cara de burla de aquel anciano, cuando fue condenado a solo dos años y cuatro meses en prisión domiciliaria por estos atroces crímenes perpetrados, quizás no por el, pero si bajo sus órdenes.

Luis Echeverria, al igual que Pinochet, tendrán un eterno tiempo en sus tumbas, no de arrepentirse, porque los sátrapas no tienen conciencia del alcance de sus atrocidades, arderán en el infierno que en vida bien libraron, a la fecha han pasado 54 años de aquellos acontecimientos que mancharon de sangre los Juegos Olímpicos, que días más tarde de aquel fatídico 2 de octubre dieron inicio en la ciudad de México.

Como colofón a este texto, les recordare que durante el periodo presidencial de Luis Echeverria se puso de moda la guayabera, los trajes regionales de la “compañera Esther”, el asilo irrestricto para los perseguidos políticos (Salvador Allende), y sobre todo las frases hechas: “Arriba y adelante” ( que hoy pareciera anuncio comercial del Viagra) pero también se puso de moda la represión, y el desmedido saqueo de las riquezas nacionales en todas sus presentaciones, moda que siguieron los siguientes presidentes priistas, panistas y algunos opinan que también los morenistas, pero esto último se sabrá al paso del tiempo.

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