Pues ayer arrancaron con las multas de 434 pesos a quienes anden sin cubrebocas en la vía pública y de 868 pesotes a los que circulen el día que no corresponde con la terminación numérica de la placa de su unidad.
En este tema los ciudadanos dividieron opiniones, uno de los segmentos es el de aquellos que estaban de acuerdo, que no necesariamente estaban a favor del gobierno, sino que consideran que esta medida de las multas es la única forma de forzar a los ciudadanos a utilizar el cubrebocas en espacios públicos y tal vez reducir un poco la movilidad, aunque en esta última parte hay menos que coinciden.
Dentro del segmento anterior, muchos aseguran que a pesar de que consideran adecuada la medida, llega muy tarde y no parece atacar los verdaderos focos infecciosos en lo que al coronavirus se refiere.
Una de las grandes críticas es que se cierran las tiendas de conveniencia y supermercados y lo único que se ocasiona es que la gente se concentre en las farmacias, es decir, con todos los cierres lo único que han generado es una mayor aglomeración en una cantidad menor de establecimientos.
Pareciera que cada vez que el Estado dicta nuevas medidas no contempla que los efectos colaterales son incluso más dañinos, como en el caso del transporte público, pues restringir la circulación de los vehículos un día a la semana implica que este segmento tendrá que utilizar los camiones urbanos -si es que no tienen alguien con quien trasladarse ese día- y para colmo estas unidades ya suelen estar muy saturadas.
Entre los principales debates en la restricción del “Doble no circula” está el muy numeroso segmento de los autos sin placas que circulan en Nuevo Laredo, que se estima oscila entre el 40 y 60 por ciento, es difícil precisar ya que no están inscritos en ningún padrón, pues la consideración para este grupo es que no pueden transitar de lunes a viernes a menos que justifiquen una razón esencial como acudir a una farmacia u hospital, pero ya aquí en teoría dejaría de circular la mitad del parque vehicular en Nuevo Laredo.
De aquí se desprenden una serie de mitos, conjeturas y algunas realidades un tanto ambiguas que confirmarían las excepciones, como lo de que una carta de la empresa -si es que está considerada esencial- eximiría a la persona de ser sancionada por circular un día que no le corresponde o a “deshoras”.
Otro grupo de personas mostró su inconformidad y cuestionó toda medida dictada para que fuera efectiva desde ayer, además de argumentar lo que plasmamos en las líneas anteriores, lo consideraron una medida recaudatoria, pues ya se la saben, que al darle atribuciones a Tránsito de multar por circular de noche o lo de la numeración de las placas, evidentemente al marcarle el alto a un conductor, “ya que andan en eso” le piden la licencia de conducir, checan si trae puesto el cinturón de seguridad, entre otras cosas, que seguramente en algo fallará el ciudadano que elevaría la multa.
Por razones de esta índole, hay quienes se atreven a llamar a éstas, “medidas recaudatorias” y hasta “centaveras”.
