Política

López Obrador: Introducción de armas, acuerdo clandestino en gobiernos de Calderón y Estados Unidos

Alonso Urrutia y Alma E Muñoz 

En referencia a la reacción del expresidente Felipe Calderón por los señalamientos sobre la existencia de un narco estado, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó que el ex mandatario ayer se enojó conmigo. Yo qué culpa tengo, no es conmigo, es con el juez de Estados Unidos; García Luna fue su secretario de seguridad pública.

Ciudad de México. Ayer se enojó el ex presidente Calderón conmigo. ¿Yo qué culpa tengo?, si no es conmigo, es con el juez de Estados Unidos. García Luna fue su secretario de Seguridad Pública, soltó el mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien reiteró sus afirmaciones de que existió un narcoestado. Esta vez, asociado a la introducción de armas mediante un acuerdo en la clandestinidad entre los gobiernos de México y Estados Unidos, cuyo objetivo se frustró por la infiltración que había en ese gobierno.

Tras llamar a la serenidad por estas consideraciones, sugirió a Calderón: esperen a ver en qué termina el juicio de García Luna, en qué va a terminar el juicio de Lozoya. El que nada debe nada teme. Si Calderón no tuvo nada que ver, si García Luna actuaba por su cuenta, si en seis años no se dio por enterado de lo que hacía García Luna, pues qué se va a preocupar, debería estar tranquilo, pero que no me eche la culpa a mí, ahora sí que como diría el clásico, ¿y yo, por qué?

En conferencia se refirió a las órdenes de aprehensión giradas en contra de 19 ex funcionarios de la Policía Federal a partir de una denuncia presentada ante la Fiscalía General de la República sobre malos manejos en la pasada administración. Ésta se derivó de una auditoría a los gastos en la Secretaría de Gobernación que identificó retiros de dinero en efectivo de bancos sin comprobantes, hechos que se corroboraron y derivó en acciones legales.

Consideró que de no presentar la denuncia se hubiera convertido en cómplice de estos malos manejos. Apuntó que todos los servidores públicos tienen la instrucción de promover denuncias cuando se conozcan de presuntos delitos, que se denuncie, sea quien sea.

De su respuesta al cuestionamiento sobre estos procesos legales el mandatario derivó su razonamiento hacia la polémica generada en torno a la definición de narcoestado en el sexenio calderonista. Aludió al argumento del ex presidente: “Que por qué saludé yo a la mamá de Guzmán Loera. La volvería a saludar si encuentro a la señora, ya no de mano porque no puedo, pero ¿cómo no voy a saludar a una anciana?

Que se liberó al hijo de Guzmán Loera. Pues sí, yo tomé la decisión, porque no quise que se perdieran la vida cientos de personas, eso lo asumo, pero que él nos diga todo lo que sabe sobre García Luna, porque fue su secretario de Seguridad Pública.

En sus críticas a Calderón afirmó que había moches con García Luna para dar protección a Joaquín Guzmán Loera, y recordó el operativo Rápido y Furioso –efectuado en la clandestinidad, a espaldas del pueblo–, otra muestra de que el gobierno calderonista estaba infiltrado. El objetivo de esta acción era colocar sensores en las armas que se introducirían para detener a quienes las tuvieran, pero hubo pitazos, se filtró la información, “para decirlo más claro, gobernaba el narco, el gobierno estaba a su servicio”, por eso “se habla de un narcoestado”.

Concluyó: ofrezco disculpa a los conservadores si se enojan. ¿qué quieren?, ¿que yo me quede callado? Por lo pronto, anunció que por acuerdo en la reunión de seguridad, continuará la depuración de funcionarios ligados al ex secretario García Luna.

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