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Marcan obesos e hipertensos derrotero trágico de COVID en 20 estados

En otros 12, no parece haber correlación entre número de muertes por contagios y enfermedades crónicas. Ritmos de la pandemia, diferencias socioeconómicas y accesibilidad a servicios de salud, las causas, según especialista

Marcan obesos e hipertensos derrotero trágico de COVID en 20 estados | La Crónica de Hoy

Los elevados índices de obesidad, diabetes e hipertensión han marcado el destino funesto en la mayoría de estados del país durante el COVID-19, aunque un grupo presenta disparidad en sus cifras, en el cual está incluido la Ciudad de México…

Conforme a un cotejo realizado por Crónica entre la tabla de defunciones por coronavirus presentada por la Secretaría de Salud —hasta el 20 de julio— y la prevalencia de enfermedades crónicas difundida por el INEGI —con base en la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición—, en 20 de las 32 entidades hay correlación. Por el contrario, en 12 se advierten discrepancias.

“Pueden influir factores como tiempo del inicio de la enfermedad, accesibilidad a servicios de salud u oportunidad de encontrar un hospital, nivel socio económico y hasta cuestiones culturales: qué tan rápido va un paciente al médico cuando se siente mal. El problema es multifactorial”, señala Benjamín Jordan, médico experto en prevención y tratamiento de la obesidad, y quien ayudó a este reportero a interpretar la actual realidad, tras una revisión previa a las estadísticas de la Ensanut 2018.

Las 12 sin concordancia son: Coahuila, Tamaulipas, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas, Ciudad de México, Sinaloa, Quintana Roo, Estado de México, Puebla y Tlaxcala.

Los primeros seis tienen bajo nivel de mortalidad por la crisis sanitaria, pero presentan índices altos en las afecciones referidas. En contraste, los seis siguientes están arriba en la tabla de muertes, pero sus números crónicos no son tan considerables.

La Ciudad de México, de espejos discordantes, ocupa el primer lugar en fallecimientos confirmados por SARS-CoV-2, con 124 por cada 100 mil habitantes. A la par, ocupa el cuarto en diabetes, el décimo en hipertensión y el décimo séptimo en obesidad.

“En la CDMX ha jugado un papel crucial la variable cronológica: el haber sido el primer territorio con contagios, el arranque de todo, además su cercanía con la zona metropolitana, el tamaño de su población y la gran movilidad o tránsito de pasajeros nacionales e internacionales. De ahí, la cifra de muertes, pese a tener la mayor cobertura hospitalaria del país”, señala el especialista, quien explica el resto de las discordancias por los contrates sociales, económicos y culturales entre las regiones norte y sur:

“Diabetes, hipertensión y obesidad se ve más en el norte del país, por los modelos de vida y la cercanía sociocultural con Estados Unidos, pero la capacidad de atención hospitalaria y su desarrollo humano es mejor que en el sur. Son las llamadas desigualdades geográficas”.

“En otros sitios del mundo el tema se ha estudiado con mayor profundidad: en Nueva York, que tuvo un pico muy alto en el mes de abril, la mayoría de las personas que murieron fueron latinos y negros, que son los grupos con más pobreza, que carecen de aseguranza privada y cuyo acceso a la atención médica es bajo”.

—¿Qué pasa con Sinaloa, que se encuentra en la zona norte, en el cuarto lugar de mortalidad COVID —90 por cada 100 mil habitantes—, pero en el 26 de hipertensión, el 16 de diabetes y el 11 de obesidad?— se le cuestiona.

—No hay que olvidar los tiempos. Culiacán, que es la capital del estado y donde se concentra una gran parte de los sinaloenses, también fue de las ciudades con los casos más tempranos y pronto se volvió foco rojo.

—¿Y Nuevo León: lugar 30 en fallecidos —17 por cada 100 mil habitantes—, pero 5 en diabetes, 9 en obesidad y 11 en hipertensión?

—Ahí la curva epidemiológica va retrasada, está comenzando apenas a sobrecargarse de contagios y su mortalidad comenzará a incrementarse en dos o tres semanas.

NÚMEROS DISPARATOS. En las entidades con muchas historias trágicas por el virus, desconcierta Quintana Roo, donde también está una de las ciudades pioneras en contagios masivos: Cancún. Se encuentra en el sexto peldaño nacional en decesos: 68 por cada 100 mil, pero los números en enfermedades son contradictorios. Conforme al INEGI, es el primer lugar en obesidad en México (casi el 49 por ciento de su población: 565 mil personas), pero no concuerdan sus referencias sobre hipertensión: 31 en la lista, y diabetes: 32. ¿Cómo puede la población de un estado ser a la vez la de mayor obesidad y menor azúcar y presión alta?

“La respuesta más racional es que los quintanarroenses no están bien medidos. Hay deficiencias en la medición por parte del sistema estatal de salud y, por tanto, en las cifras del INEGI”, dice Jordan, quien trabaja en el sector salud de Guanajuato y en consulta privada.

En al menos tres estados con aparente correspondencia entre defunciones COVID y promedio de comorbilidad, se detectan cifras disparatadas y difíciles de entender.

Hidalgo: 14 en muertes —42 por cada 100 mil habitantes—, 28 en obesidad, 19 en hipertensión y, de manera inexplicable, segundo en diabetes.

Chihuahua: 18 en fallecimientos COVID —31 por cada 100 mil—, 13 en obesidad, 24 en diabetes y, de forma misteriosa, cuarto en hipertensión.

Y Baja California Sur: 27 en mortandad durante la pandemia, también 27 en diabetes y 24 en hipertensión, pero paradójicamente 8 en obesidad.

“En el papel, la diferencia de los porcentajes de todas las enfermedades tendría que ser poca, en un estado y entre todos los estados, porque el 75 por ciento de la población mexicana vive con sobrepeso, 35 con obesidad, 18 con hipertensión y 12 con diabetes”, refiere el experto.

SIMILITUD. Las 20 entidades con más o menos coincidencia en ambos rubros son: Campeche, Tabasco, Sonora, Veracruz, Baja California, Yucatán, Colima, Morelos, Guerrero, Nayarit, Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes y Chiapas. Además de las ya citadas Chihuahua, Baja California Sur e Hidalgo, cada cual con sus desavenencias.

Campeche es un ejemplo inesperado: está, por supuesto, entre los más desdichados —octavo en muertes a nivel nacional, con 57 por cada 100 mil— y, pese a su escasa población: 626 mil, aparece en el primer puesto de diabetes y de hipertensión, y en el quinto de obesidad.

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