LA CRESTA DE LA OLA
OPTIMUS
Por: Jorge A. Pérez González
Sábado 11 de julio 2020
El covid19 llegó para quedarse, de nada han servido todos los esfuerzos de mitigación de los contagios, pues sigue y sigue creciendo por una simple y sencilla razón, no hay vacuna y mientras no haya, no hay cura ni manera de desaparecer el bicho enano que hace mucho daño letal en México.
A pesar de los esfuerzos, lo único que han demostrado los gobiernos todos en el mundo, es que no aprenden en cabeza ajena, la experiencia de Wuhan, donde suspendieron todas las actividades durante las 24 horas en una ciudad con más de 11 millones de habitantes, nunca fue imitada a tiempo, esa valiosa experiencia, de nada sirvió, pues los países europeos y ahora los americanos, tal parece que ignoraron por completo lo vivido allá, donde se originó el problema.
En España y en México la lucha contra la pandemia se centra en quien es el culpable de los bajos resultados, regularmente terminan siendo los ricos que la importaron o los pobres incompetentes que la controlan. Es decir se convierte en una lucha de izquierdas y derechas, proclamándose ambas corrientes como los poseedores de la verdad absoluta. Es malo politizar el tema de la Salud, a final de cuentas, el electorado terminará por no creerle a ninguna de las fuerzas en conflicto.
Lo sorprendente es que definitivamente el covid19 afecta las neuronas, ver a eminencias propagando mentiras resulta muy sorprendente, ver a intelectuales cargándose para uno y otro lado sin el menor conocimiento del tema, resulta desalentador, ver a analistas modificando los números de la pandemia tan solo para decir que en su visión personal de Marzo, las catástrofe que se acercaba llegó al clímax en julio, resulta patético.
Pero lo más sorprendente es ver a profesionistas de cualquier rama del conocimiento, defendiendo en redes sociales las mentiras que se dicen sobre el tema de la salud. Todos mienten, los que fueron a la universidad debieron de darse cuenta antes que la generalidad de la población. Pero a veces es más cómodo, sumarse a la opinión de la mayoría en sus redes sociales, que hacer un alto y reflexionar sobre lo que está pasando.
Lo vimos en el tan cuestionado encuentro de Trump y AMLO, las redes sociales ardieron ante la posibilidad de hacer el ridículo por parte de México, los memes no dejaron de circular, pero a pesar de todo ello, tanto el presidente Norteamericano como el mexicano dieron cátedra de estadistas.
Basta solo hacer el recuento de lo sucedido, para que sin desestimar la intención de Trump en su elección, podamos llegar a la conclusión de que fue un éxito lo que le propuso su comité de campaña, con el pretexto del inicio del nuevo tratado comercial. Y si alguien llegó a pensar que la intervención de Trump ante la OPEP a favor de México, no tendría costo, ahora ya saben que los favores con favor se pagan y todavía salimos debiendo.
La actuación del Presidente de México, fue impecable, no escatimó las lisonjas que eran necesarias en Campaña, él es un experto en ello, pero con lenguaje diplomático dejó en claro la posición del país en los temas fundamentales entre los dos países, a pesar del enojo de la derecha que auguraba una debacle para la misión y que no quisieron reconocer el valor del texto preparado para la ocasión.
Ambos mandatarios coincidieron en el tema toral del Tratado Comercial entre los tres países, pero curiosamente nadie en los medios de comunicación que le dieron cobertura lo resaltó, lo importante para los estadistas, fue las mejores condiciones de trabajo para los obreros de los tres países, tal y como lo contemplan las cláusulas de este nuevo tratado, sin embargo a pesar de la mención coincidente, los medios se entretuvieron más con los “Batazos” que se dieron, el que llevó AMLO con un diseño especial para la ocasión y el que entregó Trump sin duda adquirido en el Wal Mart de la Capitol St y la H st.
Así que poco podemos esperar de los resultados, cuando la visión mediática es tan simple, cuando la visión social es tan vacua, cuando el odio es tan evidente, cuando la justificación es tan obvia, para ser feliz en los tiempos del Covid19, solo hay que montarse en LA CRESTA DE LA OLA.
Jorge Alberto Pérez González