¡PELIGRO! Reportan 1,789 casos de fiebre tifoidea; Tamaulipas primer lugar nacional en infectados
La falta de agua potable, principal responsable.
El cuadro de deshidratación por diarrea, dolores de cabeza, falta de apetito y demás síntomas aunado a un posible contagio por COVID 19 aumentaría significativamente las cifras de contagiados y muertos por esta enfermedad.
Las consecuencias de que en todo el estado no haya un servicio de agua potable aceptable, principalmente en Ciudad Victoria, Tampico, Altamira, Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros, además de los miles de ejidos que conforman la parte rural del estado ha desatado una epidemia de fiebre tifoidea colocando a Tamaulipas en el primer lugar a nivel nacional con 1789 casos, seguido de Sinaloa (lugar semidesertico) que arroja mil 725 enfermos.
De acuerdo al boletín epidemiológico nacional emitido por la SS dichas cifras comprenden el periodo de enero a la fecha.
Con la pandemia del COVID 19, esto se torna aun más grave, ya que los síntomas de una fiebre tifoidea son parecidos a los de la pandemia (Fiebres altas, dolores intensos de cabeza) aunque vienen acompañados de diarreas y otros malestares.
Con los fuertes calores que se están sintiendo, y que irán en aumento a medida que llegue Julio y Agosto, esta enfermedad puede alcanzar niveles críticos de contgio
La fiebre tifoidea o fiebre entérica es una enfermedad infecciosa producida por Salmonella .
Su reservorio es el humano, y el mecanismo de contagio es fecal oral, a través de agua y de alimentos contaminados con deyecciones. (heces fecales)
No debe confundirse con el tifus, que se produce por varias especies del género Rickettsia, transmitidas por parásitos externos (piojos).
La bacteria ingresa por vía digestiva y llega al intestino y pasa a la sangre, lo que causa una fase de bacteriemia hacia la primera semana de la enfermedad; posteriormente, se localiza en diversos órganos y produce fenómenos inflamatorios y necróticos, debidos a la liberación de endotoxinas. Finalmente, las salmonelas se eliminan al exterior por las heces.
En el período de incubación, que dura de 10 a 15 días, se aprecian trastornos del estado general, una fase de bacteriemia con fiebre que aumenta progresivamente hasta alcanzar 39-40 °C, en cuyo momento se mantiene, cefalea, estupor, roséola en el vientre, tumefacción de la mucosa nasal, lengua tostada, úlceras en el paladar y, a veces, hepatoesplenomegalia y diarrea.
La enfermedad puede evolucionar a la curación en 2 semanas o prolongarse con localizaciones focales a partir de la quinta semana. Si no se somete a un tratamiento adecuado pueden presentarse complicaciones graves, como hemorragia y perforación intestinal, choque séptico. Se produce un cierto grado de inmunidad que, aunque no protege frente a las reinfecciones, cuando éstas se producen son más benignas. El estado de portador puede ser transitorio o crónico.