Análisis

La Boita tamaulipeca

El Fogón

José Angel Solorio Martínez

¿Cómo afectará a Tamaulipas, la emergencia del Bloque Opositor AntiAMLO?
Muy poco.
Es más: casi nada.

Hay indicios que en el mundo de la política factual regional, el PRD sigue firme con el panismo tamaulipeco, en tanto el PRI viene realizando acercamientos para ir con los azules en la calistenia para el 2022 y Movimiento Ciudadano (MC) coquetea abiertamente con el partido gobernante en la entidad.

En efecto: grupos y personalidades tricolores ya han decidido poner en marcha la Boita tamaulipeca.

El más significativo de los priistas es Oscar Almaraz Smer. Incorporado por el panismo a su establo, mediante la coacción –luego sería por gusto y por estipendios– para que se dejara caer en los primeros rounds en su enfrentamiento con Xico en la elección de hace año y medio, el ex alcalde victorense ganó la confianza del primer panista del estado.

Hoy se sabe, que aunque encabece las encuestas por la alcaldía del 2021, pasó a ser subalterno del panismo. En otras palabras: desde las sombras, operará para quien diga el jefe de los azules en la entidad.

Sólo en el extremísimo caso de que le fuera útil al PAN, Almaraz sería candidato

El MC, cuya franquicia la sigue operando al parecer a perpetuidad Gustavo Cárdenas, también arrió sus banderas. El envío de Mario Ramos al PAN, fue un guiño de Gustavo al panismo tamaulipeco. En el plano nacional, Dante Delgado, propietario de esas siglas, está dispuesto a aliarse hasta con el diablo con tal de confrontar a AMLO.

El PRD sin la menor presencia en los 43 municipios del estado, seguirá actuando como rémora del panismo y recibiendo migajas por aplaudir a los azules.

Con BOA o sin BOA, el priismo, el perredismo y el mceismo, ya están en la órbita del PAN en la comarca.

En suma: para el PAN, resultaría demasiado caro llevar una coalición formal con sus nuevo admiradores. ¿Para qué hacerla pública, si ya opera desde hace años de facto? ¿Para qué convertir esa alanza a coalición de jure, que deslegitimaría e inhabilitaría a los sonrientes amiguitos del panismo?

Hay que reconocerlo: la boita tamaulipeca, nació antes que la BOA de los gobernadores azules.

¿Qué efectos traerá ese tipo de alianzas y convenios de esa nueva normalidad en el sistema político tamaulipeco?

1.- Polarizará la sociedad política tamaulipeca: PAN y aliados y MORENA y asociados. Y no hay que hacerse bolas: la sociedad se polariza sola; nadie, ni aún queriéndolo, polariza a una comunidad.

2.- La BOA, llegó tarde a Tamaulipas: el PRI, PRD y MC, son fuerzas dependientes del PAN en la región desde hace al menos dos años.

3.- En la polarización, MORENA resultará con mayores beneficios. No toda la militancia del PRI, del PC y del PRD, se marcharán mecánicamente con el PAN. O sea: fragmentos de esos partidos, se escurrirán hacia el lopezobradismo.

4.- En un sentido estricto, con Boita de facto o de jure, el priismo, el mcismo y el perredismo, seguirán en la ruta de pérdidas total.

5.- El PAN y MORENA, se consolidarán ante un fenómeno que no supieron interpretar los demás partidos. Se fueron –MC, PRD y PRI– por el camino sencillo: entregar la plaza sin un solo tiro y sumarse a quien en los hechos, se convertirá en su verdugo en un tiempo muy corto.
Interesante 2021.

Aunque la BOA haya nacida muerta a nivel nacional, la Boita tamaulipeca desde hace meses se mueve feliz y socarronamente.

Y empezó alegremente a alimentarse: ya engulló al PRD, al MC y al PRI.

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