Opinión con sentido

¿Es acosador Fernando Campos?

¿Es acosador Fernando Campos?
Por Oscar Díaz Salazar

Ante la ausencia de un comunicado oficial sobre la «supuesta» salida de Fernando Campos, de la Dirección general del Instituto Tamaulipeco de Capacitación para el Empleo (ITACE por sus siglas), no hay más remedio que suponer que la información es real, -en cuanto a su cese o renuncia-, y a especular sobre las razones de esta salida.

La vox populi señala que se le dio crédito a una denuncia formal que una empleada de la institución interpuso en contra del C Fernando Campos, por acoso sexual. La demanda es real. Y aún no sabemos si la autoridad determinó que existió el delito de acoso sexual.

El tema es interesante, y no es mi propósito defender o acusar a Campo Martínez, uno de los políticos priistas que leyó bien el sentir popular en vísperas de la elección del 2016 y tuvo la osadía de abandonar su partido y sumarse a los vientos del cambio… Que en términos menos metafóricos o poéticos significó pasarse al PAN y continuar en la nómina.

El asunto es similar, aunque con resultados diferentes, a la denuncia sobre acoso sexual, y los chismes que rodearon esa querella, de la que salió ileso, desde la perspectiva de que conservó el empleo, el director de CONALEP, Agustín de la Huerta.

En ese mismo tema de la exigencia de favores sexuales que realizan los jefes de la burocracia sobre las empleadas que dependen jerárquicamente de los acosadores, les platico de la recomendación que hicieron a un amigo que estrenaba cargo en el gobierno estatal, para que tuviera el cuidado de no atender o citar nunca, a solas, a ciertas empleadas, y que tuviera la precaución de llamar a un tercero para atestiguar lo que se decía o hacía en esas reuniones.

Reitero que no es mi intención defender o justificar a Campos en este asunto en particular. Mi comentario va en el sentido de que existen mujeres (y tal vez hombres) que utilizan el tema del acoso sexual, (reprobable desde cualquier perspectiva) para obtener favores, ventajas, privilegios e incluso para conservar el empleo, desde la posición de (falsa) victima

Tan reprobable es el acoso sexual laboral, como acusar falsamente de estas prácticas a los superiores jerárquicos, que por este hecho quedan marcados y desprestigiados.

Le sucedió al «primo de un amigo» (para no exhibir a nadie) casado, que se lió en un tremendo romance con una de sus colaboradoras, también casada, que al ser descubierta por su esposo, cambió la historia de amor clandestino y consensuado por ambos participantes, en un episodio de acoso laboral, por supuesto más falso que un eslogan de Cabeza de Vaca.

Consideró que el tema de los amores y desamores de una pareja (o trío, o lo que prefiera cada quien) debe ser un asunto privado… Pero si se abusa de la posición de poder, – físico, burocrático, laboral, económico, etc.,- para reclamar amores, aunque sean de un rato, el tema pasa a ser incumbencia de las autoridades y de la sociedad, que tiene derecho a saber, para prevenirse, de los individuos que incurren en acciones prohibidas por la ley.

En el caso particular el Director del ITACE y de su presunta víctima, conviene que se sepa el fallo de la autoridad, pues el de su jefe, el gobernador, ya sabemos que le fue desfavorable.

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