Análisis

Con licencia para matar en la vía pública …

Nicasio Fonseca Munguia

Quijoteando

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Con los recientes asesinatos de jóvenes en diferentes ciudades del país, en Quijoteando JAMÁS dejaremos de insistir, sugerir, proponer y hasta exigir a la autoridad superior la constitución de una nueva policía nacional profesionalizada, que responda a las necesidades actuales y futuras de la población para defender su paz, tranquilidad social y seguridad, no para agredirla violentando sus derechos, llegando incluso al asesinato como recién ocurrió en Oaxaca con el joven Alexandre, o Giovani en Jalisco, victimados de la manera más vil, emulando con ellos a sus similares de Estados Unidos en la propia versión azteca.

¿ En donde se origina la violencia policiaca que se ha convertido en el peligroso cáncer de inseguridad que padece México ? El problema es complejo pero no difícil de diagnóstico; empieza con la contratación irresponsable de elementos a los cuales se les proporciona una placa sinónimo de “licencia para matar e impunidad”, un tolete para agredir, golpear y vejar a la población civil, pues conocido es, que pretender ejercer nuestros derechos civiles ante un policía en la vía pública, puede ser el mayor riesgo para nuestra integridad física toda vez que él y nadie más que él, tiene en ese momento la ley en la mano y se convierte en Ministerio Público y Juez, con facultades para dictar sentencia de manera expedita, declarando al detenido CULPABLE, sin posibilidad de apelación o juicio de amparo que valga.

Lo hemos señalado en todo momento, tanto la Policía Federal de ayer, al igual que la Guardia Nacional de hoy, NO SON LA SOLUCIÓN A NUESTRA PROBLEMÁTICA, dado que se constituyen con los mismos vicios de siempre: 1.- Carencia de un plan nacional para la integración de un nuevo cuerpo policiaco, formado PROFESIONALMENTE en una Universidad Nacional, con campus en las 32 entidades de la República. 2.- Un programa de estudio que contemple de manera estricta la rigurosa SELECCIÓN de los candidatos a policías por medio de exámenes sicometricos. 3.- La profesionalización de los futuros guardianes del orden a través de un plan de estudios que contemplen de manera obligada ciencias como el Derecho, la Ética, Sociología, Sicología Criminal, Criminalistica, Balística y demás materias científicas y técnicas que conformen per se, a un nuevo servidor del orden público; además, por supuesto, de todas aquellas disciplinas de formación física y táctica necesarias para su capacitación en defensa de la sociedad, partiendo del principio básico que están para defender, no para agredir a la población, un elemento que otorga sólo el sentido de pertenencia, motivado, lógico, por salarios y prestaciones sociales que le lleven a una vida familiar decorosa y digna.

Por supuesto que para la conformación de una nueva policía, se requieren dos elementos principales: Uno.- Voluntad y generosidad política del Presidente de la República, esto es, estar convencido de la viabilidad y necesidad social urgente de la creación de un nuevo organismo que responda ante la grave situación que padecemos, a la vez de la generosidad para dejar a la siguiente administración federal las medallas consecuentes, al entregar a la población la primera generación, considerando los cuatro o cinco años que llevaría la formación de los primeros elementos, algo que hasta hoy, incluido el actual gobierno, no ha tenido esa disposición, al integrarse la Guardia Nacional con elementos “formados” a través de cursos al vapor de seis meses o un año en el mejor de los casos. Por supuesto que una nueva policía no estaría exenta de que algunos de sus elementos fueran corrompidos por el CO, pero, seguro, la gran mayoría tendría un mayor compromiso social por el sentido de pertenecía derivado de su profesionalización. Los hechos ahí están a la vista y no se pueden ocultar; una sociedad agraviada en lo más sensible como es la familia; padres, madres, hermanos y amigos llorando la muerte injusta e irresponsable de algún familiar. Vale la pena invertirle presupuesto, voluntad y generosidad política … ¿ No cree usted …?.

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