3120 dolares vacuna experimental contra COVID 19. AMLO clama por un precio popular.
El pasado 9 de junio fue publicado un artículo en la revista Nature con los resultados de una investigación sobre el uso del fármaco Remdesivir contra el COVID-19.
Acorde al citado estudio, los macacos tratados con este antiviral creado para enfermedades como el ébola, no desarrollaron la neumonía asociada al COVID-19, reduciendo además la carga viral cuando se utiliza «precozmente».
Este hecho sumado a las pruebas en humanos donde acortó el tiempo de recuperación en 31% en pacientes no graves, llevaron a que la Agencia Europea del Medicamento diera su visto bueno para comercializarse dentro de su territorio (Forbes, 25/06/2020); sumándose a Estados Unidos donde la Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó su uso de emergencia desde el 2 de mayo. (BBC, 2/05/2020).
Todo lo anterior porque hoy el laboratorio Gilead Sciences Inc anunció el precio de su medicamento: 2,340 dólares por tratamiento en los países ricos, mientras en Estados Unidos se incrementará hasta 3,120 dólares para aquellos pacientes con seguro médico. La empresa defendió el precio argumentando que su uso significará ahorros a los hospitales por alrededor de 12 mil dólares por paciente. Sin embargo, organizaciones como Public Citizen tacharon el precio de ofensivo, pues el fármaco fue desarrollado gracias al apoyo del gobierno estadounidense y su uso no ha demostrado reducir la mortalidad de la enfermedad, sólo bajar modestamente el tiempo de estancia en el hospital. (Forbes México, 29/06/2020).
Este hecho nos debe llevar justamente a evaluar la importancia del llamado que hizo México ante la ONU para asegurar que los insumos médicos contra la pandemia, incluyendo los tratamientos y/o posibles vacunas sean asequibles para todos los países y personas, no sólo para los más ricos, máxime cuando se está utilizando dinero público para su investigación.
Porque si un tratamiento que sólo reduce el tiempo de estancia en los hospitales tiene un precio tan alto, imagínense el precio que podrían dar a la vacuna si dejamos «a las fuerzas del mercado» actuar sin responsabilidad alguna.