El torrencial aguacero que se registró en la ciudad y que amenaza con extenderse por el resto de la semana, terminaron por semiparalizar la actividad comercial en la Zona Centro ocasionando además encharcamientos en diferentes puntos del Municipio que generalmente se ven afectados por la madre naturaleza.
Número indeterminado del comercio organizado se vieron desolados desde temprana hora ante las copiosas lluvias que se prolongaron más allá del mediodía, razón por la que una buena parte de los locatarios decidieron bajar las cortinas ante ale escasa clientela.
Las ventas en general se desplomaron debido a la falta de consumidores que decidieron quedarse en casa y no precisamente por recomendación a la salud, sino por las condiciones climatológicas que amenazan con extenderse el resto del fin de semana.
Pero no todo es afectación, las lluvias para los agricultores que estaban sedientos de agua para sus cultivos, son como pepitas de oro caídas del cielo una bendición después de tanta incertidumbre, recordando que la economía de la ciudad depende en gran medida de la agricultura.
