Análisis

SE CAYÓ EL NEGOCIO…

Meliton García de la Rosa.

Más de una semana estuvieron Andrés Manuel López Obrador, Zoé Robledo y la fanaticada defendiendo la evidente compra fraudulenta de 20 ventiladores mecánicos para la atención de enfermos de Covid hecha a León Bartlett Álvarez, haciendo el ridículo y evidenciándose, para que ayer la transa se cancelara y hasta se advirtió de sanciones.

Así es mis queridos boes, la reculada de AMLO y compañía no puede entenderse sino es por la presión de organizaciones civiles, la oposición y los medios de comunicación ante la evidencia del ‘robo’ que estaban avalando el presidente y el director general del IMSS.

Recordemos que el caso ha sido muy ventilado en los medios, se trata de la compra de ventiladores a 1 millón 550 mil pesos cada uno, cuando los mismos otro proveedor al que también le compraron los vendió en 880 mil pesos.

La enorme diferencia de precios y la aceptación de pagar casi 700 mil pesos más por cada uno se explica de una manera mucho más simple: Leon Bartlett el que los vendió a sobre precio es hijo de Manuel Bartlett, el director general de la CFE, amigo de López Obrador, si, el entonces dueño de la casa de campaña del presidente y el otro proveedor es así nomás, un vendedor de equipo médico sin la palanca del junior de Bartlett.

El escándalo de corrupción fue denunciado por Mexicanos Contra la Corrupción y Impunidad, replicado por Reforma, El Universal y otros medios, lo que en su momento ocasionó el ‘encanijamiento’ de AMLO que usó su ya trillada excusa de que querían golpear su gobierno, que la prensa fifi, que antes no decían nada, lo mismo que sus fanáticos hicieron en redes defendiendo a Bartlett y su parentela.

El propio Zoé Robledo dijo todavía la semana pasada que la compra estaba justificada, que porque no habían pedido tanto adelanto por los aparatos, que además si estaba garantizada la entrega y que además en una crisis de salud cómo está no se piensa en los pesos sino en salvar vidas, más o menos eso quiso decir en defensa de Bartlett.

Pero ni AMLO, ni Robledo aguantaron la lluvia de críticas ante la compra fraudulenta y ayer, en una tarjeta informativa del IMSS, el instituto anuncia la cancelación de la compra u la devolución de los 20 ventiladores ‘carísimos’ que porque se dieron cuenta que no cumplían con los requerimientos que contenía el contrato.

Y también resulta que ayer mismo la Secretaría de la Función Pública hasta informó que ya se hace una investigación de la compra y que habrá sanciones.

“No habrá impunidad en el caso de los 20 ventiladores del IMSS Hidalgo. Avanzan las investigaciones y los responsables serán sancionados”, publicó Irma Eréndira Sandoval la titular de la SFP quien hasta antes de ayer había guardado silencio.

Sea como fuere, la señal que se lanza es que la sociedad civil y los medios tenemos la posibilidad de inferir en las decisiones del gobierno, que es factible echar abajo un acto de corrupción y que el presidente López Obrador que se dice blindado y moralmente siempre victorioso tiene debilidades que ante la presión le hacen recular.

Habrá que ver la reacción de “papa cuervo” Bartlett ante la descojonada a su cachorro y él descontón que significa la simple exposición a la averiguación en su contra ¿se irá a divorciar de su amigo AMLO o es solo un control de daños para salvar lo que queda de sus reputaciones?

La batalla del sur…

La zona conurbada del sur de Tamaulipas es el epicentro estatal de la pandemia del Covid-19 donde ya se cuentan 355 casos de infectados y la muerte de 9 personas.

La razón puede ser la enorme movilidad de habitantes del norte de Veracruz que trabajan, estudian, se curan y comprar en Tampico, Madero y Altamira y sin lugar a dudas el foco de contagio que han significado los trabajadores de las plataformas de Pemex que llegan enfermos de Tabasco o del Golfo de México.

Desde luego los habitantes de las tres municipalidades, que tienen que verse como una misma ciudad, están expuestos y habrá que seguir redoblando los esfuerzos para evitar más contagios y sobre todo más muertes.

Por eso se tiene que reconocer el esfuerzo que han hecho los tres alcaldes para mitigar los efectos del virus en sus respectivos municipios.
Jesús ‘Chucho’ Nader no ha parado desde que comenzó la epidemia, las tareas de sanitización, la entrega de material de limpieza y despensas no ha cesado.
Igual ocurre con Adrián Oseguera de Madero, que enfundado en botas de hule encabeza los barridos con sanitizante todos los días por las colonias y el centro. Además ayer ordenó se ampliará el cerco sobre la zona comercial del centro, lo que deberá bajar más la movilidad y con ello la exposición al virus.

En Altamira Alma Laura Amparán hace lo propio, ordenó la instalación de filtros, jornadas de limpieza y sanitización, fumigación y apoyos alimenticios.

Ayer se reunió con el Comité Técnico Covid-19 para evaluar los resultados de las acciones emprendidas y para dejar en claro que no se bajará la guardia.

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