Opinión con sentido

EL G7 Y MÁS

Meliton García de la Rosa.

Lo que comenzó como una reunión interestatal en busca de estrategias conjuntas contra la inseguridad éntrelos gobernadores de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila y fue noticia regional, hoy se ha convertido en el G7 y los que se acumulen, pero además son ya un contrapeso importante para el presidente Andrés Manuel López Obrador, contrapeso que ya dio frutos.

Así es mis queridos boes, la debilidad de las dirigencias nacionales de los partidos y las figuras de los mismos ni cosquillas le hacían a AMLO, sus críticas se perdían en el aire, ni a los impresos llegaban, porque el peso político de los dirigentes es sumamente raquítico en estos tiempos.

Marko Cortés del PAN, Alejandro Moreno del PRI y hasta la de MORENA no tienen ni siquiera juntos el peso como para hacer voltear a un presidente que se acostumbró a avasallar, a descalificar al que osara cuestionarle.

Pero el 10 de julio del año pasado, creo que sin proponérselo, se comenzó a gestar el que hasta ahora parece ser el único contrapeso del inquilino de Palacio Nacional, aquella vez Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Jaime Rodríguez Calderón y Miguel Riquelme firmaron un convenio de colaboración en materia de seguridad. Vinieron más reuniones y otros temas.

Tal cual, ya en marzo de este año, aquí en Ciudad Victoria mientras la agenda marcaba la revisión de las estrategias contra los malos, a los tres gobernadores del noreste les apuró el tema de la pandemia del Covid-19 173 ya apuntaba hacia América y que se pronosticaba como ahora la vemos y tomaron acuerdos en ese asunto también.

El caso es que a la inseguridad y el manejo irresponsable de la Federación de los miles de migrantes en la frontera y se le sumó el Coronavirus, luego irrumpió la injusta repartición de los recursos hacia las entidades que más producen como Tamaulipas, la exigencia de un nuevo pacto fiscal y por último la prohibición de inversión privada en la producción de energías limpias.
Pero no solo se sumaron temas, el grupo de tres se convirtió en siete y lo más seguro es que el G7 cambie de nombre muy pronto y hasta con una cifra de dos dígitos, sobre todo porque es evidente que a López Obrador no solo le incomodan, sino le preocupan.

A la última reunión ya se habían sumado José Rosas Aispuro de Durango, donde se juntaron,  Silvano Aureoles de Michoacán, José Ignacio Peralta de Colima y Enrique Alfaro de Jalisco.

Ahí hubo entre los siete tuvieron seis acuerdos que resumió Cabeza de Vaca en: 1. Solicitamos al @GobiernoMX que cancele el Acuerdo emitido por @SENER_mx y @CenaceMexico, que afecta la generación e inversión de las energías limpias y renovables.
2. Continuar incrementando el número de pruebas de detección de #COVID19, 3. Implementar protocolos para que las empresas de sectores autorizados para su reapertura sean responsables de proporcionar transporte a su personal.
4. Revisar, y en su caso implementar, protocolos de reapertura en guarderías para hijos de trabajadores de  empresas esenciales. 5. La próxima semana presentaremos la solicitud formal a @Hacienda_Mexico para el pago de todas las erogaciones realizadas por los Estados para la atención del #COVID19 y 6. Solicitar a @Hacienda_Mexico la aceleración de la entrega del Fondo de Estabilización y Participaciones.

El primer golpe del G7 parece haberse dado, con la suspensión indefinida que un juzgado federal otorgó a las demandas interpuestas por empresas y gobiernos contra el decreto que prohíbe inversión privada en energías verdes; la primera exigencia.

Ojo, no digo que fue solo resultado de los acuerdos de los siete gobernadores, porque a este también se habían pronunciado por lo menos otros ocho mandatarios, cada uno por su lado, la IP nacional y hasta la europea.

Pero ayer los del G7 volvieron a dar muestra de poder, al lograr que AMLO hablara sobre otra de sus demandas, la revisión del pacto fiscal, tema al que el presidente le sacaba la vuelta y ni siquiera se dignaba en dejar abierta la posibilidad de diálogo.

“Si se quiere cambiar la fórmula para que manejen más los estados que la Federación, vamos a pensar que eso es lo que proponen, pues que se analice”, dijo molesto El Peje ante la exigencia de los gobernadores

Y ayer mismo los del GOAN, es decir los gobernadores panistas, que no dudo pronto que atarán todos abultando lo que ahora solo es el G7, le tomaron la palabra.

“Tomamos la palabra al presidente @lopezobrador_ : estamos listos para revisar las fórmulas del Pacto Fiscal. Urge actualizarlas para garantizar equidad, crecimiento y desarrollo. Proponemos instalar una mesa esta misma semana para fijar las reglas del diálogo”, publicaron.

Claro que los gobernadores agrupados han recibido uno y mil reproches por parte de la prensa a modo que cubre las mañaneras, qué rebeldes, que vende patrias, que defensores de las empresas extranjeras, pero también han recibido la crítica constructiva a la que me sumo, de que hacía falta que AMLO supiera qué hay miles o millones en el país que no comparten su visión y sobre todo que hay otras instancias de gobierno y por lo tanto él no es dueño del país, ni su monarca y por lo tanto tiene que tomar decisiones mínimo comentadas con los otros poderes.

Por lo pronto en dos temas relevantes para la vida nacional, López Obrador ya se dio cuenta que hay quienes pueden hacerle frente con la ley en la mano, hasta antes del G7 AMLO era la ley.

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