Día 53: ¿por qué hacerle eso al Ejército?
Carlos puig.
En 2011, en el momento pico de la violencia durante el sexenio de Felipe Calderón, el Ejército tenía movilizados a poco más de 50 mil elementos haciendo labores de seguridad pública.
Estos se sumaban a los más de 20 mil policías federales de la Secretaría de Seguridad Pública, más una decena de miles de marinos.
Al final de su sexenio, el presidente Enrique Peña Nieto había igualado las cifras de su antecesor en cuanto a movilización del Ejército en labores de seguridad.
Con el nuevo mandato por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador seguramente ya andamos, o andaremos pronto, en las mismas cifras entre Ejército y Guardia Nacional.
Y pues todos conocemos las cifras y niveles de violencia en 2011, 2018 o 2020.
La exposición del personal del Ejército y la Marina en esa magnitud, haciendo cosas para las que no están formados, ha traído en la última década y media un alud de violaciones a los derechos humanos trágico para las víctimas y terrible para la institución.
Pero insisto, toda la evidencia, toda la historia, dice que no ha servido para cumplir con el objetivo de reducir la violencia.
De esto han investigado y publicado en diferentes momentos de estos 15 años de violencia muchos académicos serios. Y, por cierto, no hay un solo estudio que diga lo contrario, lo mucho que ha servido el despliegue militar para la seguridad.
De todo lo que se ha escrito sobre los militares y las fuerzas federales cito un párrafo de Laura Atuesta, del CIDE.
“Después de tanto tiempo esperando el debilitamiento del crimen organizado y después de la introducción de fuerzas federales en materia de seguridad, todavía no se observan resultados positivos. La violencia en municipios donde hubo enfrentamientos entre la fuerza pública y el crimen organizado se incrementó en mayor medida que en los municipios en donde no se observaron éstos. Para ser más exactos, hablando en promedios, un 6% del total del incremento de los homicidios puede ser atribuible a la estrategia de seguridad actualmente vigente, y cuando hablamos específicamente de la participación de los militares este promedio se incrementa a 9%”.