UNA “LLENADERA”.
Guadalupe Escobedo Conde.
La prima de una amiga no tiene “llenadera”… ni para las noticias, ni para la imaginación, consume información de todas partes, no importa si son buenas o malas, ciertas o falsas, creíbles o inverosímiles, de este u otro tiempo, el caso es que siempre está ávida de datos, su mal crónico a nadie haría daño si no se afanara tanto en compartir todo lo que ve, oye, le platican, lo que lee y lo que imagina, sin filtro alguno.
Esta prima, se parce a mi vecino y a otro cuate del chat de la infancia, también tienen comportamientos similares mis amigos los “profesionistas” con los que curse hasta maestría, en el grupo familiar tampoco falta el “apanicador” y ya hemos hablado de la Infodemia, ese término que se refiere al exceso de información de la pandemia por el Covid 19, pero el contagio chismoso no lo para nadie.
Pero no solo los consumidores de información han incrementado su mal en este peor de los tiempos, los proveedores de las noticias han aumentado su exposición en medios, para tenernos pegados a su palabra, desde las siete de la mañana, con la mañanera del presidente, hasta las ocho de la noche, cuando concluye la conferencia diaria en cadena nacional del Dr. López Gatell, estamos bombardeados de mensajes por todos los frentes.
En los medios tradicionales y los emergentes, los analistas le ponen más limón a la herida, cada cual con su toque distintivo, ya sea chairo o fifi, politizan y debaten sobre nuestro futuro incierto, porque hasta ahora lo único cierto es que en casa, con más tiempo libre y pegados al celular, estamos más vulnerables ante las fake news.
El Dr. Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, actualmente colabora en la ONU y radica en Nueva York, en su columna de este lunes que titula “El virus llegó para quedarse” da a conocer que salió positivo al Covid 19, que como ocho de cada diez personas que se contagian del virus, es asintomático y tiene una recuperación benigna y en su casa.
En el análisis serio que hace de esta enfermedad nos explica como el ser humano tiene la capacidad de razonar y de imaginar, ambas cualidades son importantes para nuestras experiencias de vida, sin embargo ahora “debemos tratar de razonar, siempre que se pueda. Razonar con rigor sustentado en los hechos y aceptar que imaginar forma parte de nuestra naturaleza. Con frecuencia, una y otra entrarán en conflicto. Darnos cuenta de ello nos puede angustiar, de nosotros depende, hasta cierto grado, que esa angustia sea normal”
Como a muchos pensadores, le preocupa que este mal se nos complique a causa de la desinformación, señala que “la gran novedad de esta pandemia, a parte del virus, han sido las redes sociales” que nos aumentan la sensación de peligro por la inmediatez de las cifras alarmantes, nunca antes se nos narraba en tiempo real el número de hospitalizados, los sospechosos al contagio, los positivos, los salvados y los muertos por esta enfermedad, y muchos de estos datos son sacados de contexto.
“La angustia de no saber qué hacer por tanta información sesgada, manipulada, imprecisa, inexacta, que se vuelve viral, hace más daño que el Covid”.
Entonces, razonemos, ya habrá tiempo para imaginar mejores momentos.
Expresó.press.