Tamaulipas se prepara para el peor escenario
Si los contagios se salen de control, se necesitarían más de mil camas de hospital y 850 ventiladores, por ello se trabaja contrarreloj para reforzar la infraestructura médica
CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Con más de 30 hospitales entre fijos y móviles, públicos y privados, cerca de mil camas y más de 3 mil médicos y 4 mil enfermeras, Tamaulipas espera la etapa más crítica de la pandemia de Covid-19, que hasta el momento se ha cobrado nueve vidas en el estado.
La lucha contra el coronavirus se convirtió en una carrera contra el tiempo para fortalecer lo más posible la infraestructura de salud y el capital humano con que cuentan las entidades.
La Secretaría de Salud de Tamaulipas cuenta a nivel general con 406 unidades médicas de diferentes niveles en el territorio estatal, tres hospitales de especialidades, 18 hospitales generales, civiles e integrales, y 296 centros de Salud.
El problema es que la agresividad del Covid-19 obliga a separar la atención de aquellos pacientes que padezcan la enfermedad, y a la de cientos de pacientes que pueden acudir a su unidad médica más cercana para tratar cualquier otro padecimiento.
Por ello, de toda la infraestructura hospitalaria con que cuenta el estado se seleccionaron tres nosocomios para atender los casos graves de la enfermedad: el Hospital Regional de Alta Especialidad, el hospital del IMSS en Reynosa y el Hospital General de Altamira.
Pero como cada unidad médica del estado podría convertirse en la primera atención para un paciente con sospechas de coronavirus, se inició la construcción de 18 módulos de atención especiales que servirán como filtro para valorar a los pacientes antes de ingresar a los hospitales.
Se instalan dos en Nuevo Laredo, uno en Miguel Alemán, tres en Reynosa, uno en Río Bravo, uno en Valle Hermoso, uno en Matamoros, uno en San Fernando, tres en Victoria (en el Hospital General, en el HRAE y en el Hospital Civil). uno en Mante, uno en Tula, uno en Altamira, uno en Tampico y dos más en Madero.
La intención es proteger al resto de la población que acude a los hospitales de un posible contagio.
En todo el sistema de salud público tamaulipeco laboran 2888 médicos, 4062 enfermeras, 4809 trabajadores paramédicos, técnicos y administrativos, pero se estima que cerca de una cuarta parte recibió una licencia por ser considerados dentro de la población vulnerable.
Pero, si la situación se agrava, el decreto que les brindó ese privilegio también dejó abierta la posibilidad de llamar a quien sea necesario para que se reincorpore a las actividades.
El peor pronóstico que ha planteado la Secretaría de Salud para Tamaulipas incluye más de 1,500 fallecimientos y cerca de 35 mil contagios, lo que implicaría la hospitalización de 5 mil pacientes y la necesidad de más de 800 ventiladores.
El temor de todo el aparato de Salud en el país es que esos miles de enfermos caigan de golpe al sistema hospitalario.
Tamaulipas está construyendo ocho hospitales móviles, con 40 camas cada uno. Esas 320 camas se sumarían a las 240 camas que se han habilitado en los llamados hospitales Covid-19 en Victoria, Altamira, Reynosa y Soto la Marina.
Se está buscando la reconversión de otras 180 camas de hospitales ya existentes.
A ese total de 740 se agregarían las que aportarían hospitales privados que serían 200, para acercarse a las mil camas disponibles en toda la entidad.
Hasta el momento, sólo se ha confirmado que el Hospital CEMAIN, la Bene y el Ángeles de Tampico se sumarían a este apoyo, pero se sabe que más clínicas en todo el estado aportarán parte de su capacidad.
El equipamiento hospitalario también se volvió trascendental para el combate al Covid-19, sobre todo en lo que respeta a los ventiladores mecánicos, que permiten la respiración de los pacientes graves.
El sistema de salud estatal de Tamaulipas cuenta con 252 ventiladores, más otros 35 que tiene el HRAE y 81 del Seguro Social.
El problema ocurriría si la pandemia hace crisis en la entidad. La Secretaria de Salud detalló en una conferencia de prensa el 7 de abril, que de darse el peor escenario, el estado necesitaría casi 850 ventiladores.
En cambio, si la curva de contagios se mantiene “aplanada”, la necesidad de ventiladores sería de 150.
Fuente: Expreso