Mario Alberto Gámez.
En el medio de una sui géneris Semana Santa, Tamaulipas entró, antes que el resto del país en la tercera fase de la emergencia sanitaria por el coronavirus, que nos hace ver un panorama desolador de nuestras calles, que tradicionalmente por esta época estaban saturadas de tráfico no sólo de la gente que aquí vivimos, sino de cientos de miles de turistas que abarrotan Miramar y los paseos tradicionales por estas fechas cada año.
Hoy nuestras calles están vacías, al igual que las playas, cuyos accesos están cerrados por la Guardia Nacional y la Marina, mientras el municipio ha advertido a los “rebeldes” que aún tratan de ingresar por los fraccionamientos de la parte norte de la playa que serán arrestados y multados.
Insisto en que la decisión muy a tiempo de cerrar Miramar ha sido la más acertada hasta ahora por parte de una autoridad municipal, en este caso del alcalde de Madero, Adrián Oseguera Kernion que se atrevió a hacerlo desde el 16 de marzo pasado y que en este momento, junto al cierre de plazas, parques e incluso avenidas, negocios, pasos de lancha desde el norte de Veracruz (una zona que resentirá sin duda el ancestral abandono que ha sufrido) y todo espacio público, nos hace parecer en una especie de estado de sitio, con toque de queda incluido, una especie de estado de excepción de facto, que ciertamente delimita o restringe nuestra libertad, pero que está lejos de violar cualquier derecho a ella, pues supone el cuidado de la vida antes que cualquier otra cosa. Uno de los impactos más importantes de esta pandemia es, sin duda el desánimo que provoca este encierro entre la población, por lo que llamó la atención el video que difundió el alcalde de Madero, Adrián Oseguera, en el que busca levantar el ánimo de sus gobernados, llamándolos a quedarse en casa, a cuidar la sana distancia a fortalecerse ante la coyuntura; “unidos somos más grandes que cualquier pandemia y unidos saldremos de esta, lo haremos más fuertes, más comprometidos, más solidarios y dentro de poco volveremos a convivir en nuestras calles, en nuestros parques, en nuestra playa, en nuestro entorno…hoy quedémonos en casa y hagamos posible un futuro de esperanza”, comentó el alcalde, ofreciendo un mensaje distinto al que hasta ahora habíamos escuchado de los políticos.
También destaca la decisión del presidente municipal de Tampico, Chucho Nader de cerrar el centro histórico de la ciudad, la Plaza de Armas, de la Libertad, los mercados, la ex aduana y con accesos vigilados por tránsito y la colaboración de la Comisión Estatal de Riesgos Sanitarios para invitar al cierre de negocios que no resultan esenciales. Una acción similar a la que se dio en la Plaza “Isauro Alfaro” de Ciudad Madero y a la Plaza Constitución de Altamira, en donde también los alcaldes están haciendo lo propio para evitar la propagación del virus. A los alcaldes no los ha parado esta pandemia y siguen entregando obras, ese el caso del alcalde de Tampico, Chucho Nader que entregó la pavimentación de la calle Puerto Rico de la colonia Latinoamericana, mientras que la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparán Cruz entregó también la pavimentación de las calles Martín A. Martínez y Real de la colonia Enrique Cárdenas González y ya lo había hecho también el alcalde de Madero, Adrián Oseguera, al entregar la pavimentación de las calles Fresnos, Arrayán, Colorines, Retorno Jacarandas y Retorno Cedros. Todas estas entregas se realizaron sin actos públicos, debido a la contingencia.
Otra acción importante, vino desde la iniciativa del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien a través de un video anunció la creación del Fondo Económico Especial con recursos que aportarán los altos funcionarios del gobierno estatal, incluyendo al gobernador, legisladores, magistrados y jueces, para incentivar los insumos necesarios para el personal de salud, “son nuestro principal ejército, que atiende y atenderá a nuestros pacientes de Covid-19”, dijo el mandatario estatal, quien donó su salario y subvenciones del mes de abril y la mitad de éstos durante la contingencia, propuesta que de inmediato hizo suya el presidente del Congreso, Gerardo Peña Flores en la misma medida, falta ver la respuesta del resto de los legisladores y funcionarios de los tres poderes del estado.
Este encierro voluntario en casa debe obligarnos a vernos a nosotros mismos de manera distinta, algunos especialistas creen que, en esta guerra contra el coronavirus y su enfermedad, la Covid-19, nuestros cuerpos son el campo de batalla y de igual manera somos vulnerables a contagiarnos, que podemos ser (asintomáticos o no) un arma de contagio para los demás, e incluso un arma letal para los más vulnerables. De ahí la responsabilidad que debemos asumir para quedarnos en casa y evitar librar esa cruzada.
