En Tamaulipas crece el hambre, la necesidad, las protestas y los suicidios.
Mauricio Fernández 20 abril, 2020
0 0 2 minutos de lectura CompartirFacebookTwitterLinkedInTumblrPinterestRedditCompartir por correo electrónico Por: Mauricio Fernández Díaz En Ciudad Victoria, específicamente afuera de palacio de Gobierno se han venido dando diariamente manifestaciones de protesta por parte de microbuseros, taxistas, comerciantes fijos, ambulantes, músicos y maestros que exigen el apoyo de las autoridades del Gobierno del Estado para soportar la cuarentena y a la par, a medida que se alarga la cuarentena y el aislamiento sube rápidamente la tasa de suicidios, que ha llegado ya de manera alarmante a 6 solo en el municipio de Matamoros. Ante la tardanza de los tres ordenes de gobierno para llevar apoyo y ayuda suficiente a la ciudadanía tamaulipeca que sufre de hambre por no poder trabajar, la exigencia de los diferentes sectores hacia el gobierno del estado principalmente crece a ritmo acelerado. Comerciantes informales, taxistas, concesionarios y choferes de microbuses, oferentes de mercados rodantes, puesteros ambulantes, músicos y otros sectores que viven al día, comen y alimentan a sus familias con lo que diariamente ganaban antes de que se establecieran los cierres de todos los comercios que no fueran esenciales, hoy se enfrentan al desgarrador dilema de no poder llevar el sustento a sus familias, cayendo en la desesperación, la ira y la depresión. Tardada, muy lenta ha sido la respuesta de SEBIEN quien apenas empieza la distribución de despensas en algunos municipios, en tanto en otros no se ve para cuando, a pesar de que el Secretario de esta dependencia estatal asegurara semanas atrás que para el día 15 de este mes se desplegarían brigadas en todo el territorio tamaulipeco para repartir 300 mil despensas, cosa que aun no se ha dado. Entevistado, Francisco López, padre de 3 hijos de 2, 4 y 6 años quien se ganaba la vida vendiendo ropa en el rodante o tianguis conocido como “La paz”, en la Avenida del mismo nombre y que permanece cerrado por las autoridades, muestra su desesperación a este reportero cuando, con su indice huesudo y su demacrada cara señala a punto de llanto “No saben esos pinches políticos lo que es no poder darles de comer a los huercos, esos no saben de que no hay, ellos piden y pues hay que darles, uno como quiera aguanta con unas galletas, un pan o unas tortillas, pero mis hijos no, se me están enflacando, se están muriendo de hambre y nadie, nadie nos ayuda” dice el hombre de unos 45 años con las lagrimas pugnando por salir de sus sumidos ojos. Francisco es solo un ejemplo de lo que están viviendo millares de tamaulipecos quienes al borde de la desesperación buscan ayuda -los mas tranquilos- hasta pidiendo caridad, en tanto otros menos conformistas ya hablan de organizarse para ir a saquear tiendas comerciales, asi de grande es la urgencia y la necesidad. Y si bien el Congreso del Estado aprobó al Ejecutivo Garcia Cabeza de Vaca que contratara una línea de crédito, hasta por 4 mil 600 millones, ésta parece no haber sido pedida, aprobada y entregada. Al menos no se ve que sea utilizada para mitigar un poco la desesperación de los ya hambrientos trabajadores sin empleo. Con la urgencia económica surgen una serie de desequilibrios emocionales que afectan cada vez más a la población que, aparte de vivir aisalda de parientes y amigos, padecen las feroces mordidas del hambre. Estos desequilibrios emocionales han disparado ya la tasa de suicidios en el estado, y aunque son consignados en los medios como hechos aislados, es obvio que la ola de muertes por mano propia que recorre Matamoros contabilizando 6 suicidados hasta el momento en menos de un mes, se ira extendiendo poco a poco por los demás municipios a medida que crezca la desesperación, el hambre, la incertidumbre y la desesperanza. El gobierno federal ha prometido que para fines de mayo se estaran liberando grandes cantidades de apoyos a micro, pequeños y medianos comerciantes, en tanto el Gobierno Estatal aun no pone en marcha el plan de rescate anunciado por el Gobernador, que tambien al igual que el plan federal se ve a todas luces insuficiente para poder brindarle mínima tranquilidad a cientos de miles de familias. Esperamos y confiamos en que para cuando esta ayuda llegue, aun no se haya desatado el caos social, la rapiña, los asaltos con violencia y las muertes por mano propia