Victor Duran
Emergencia de salud decretada por el Gobierno Federal esta semana y la poca economía vigente ha tenido que suspender operaciones, a excepción de los supermercados y mercados, donde productos primordiales como el alimento y la higiene mantienen el flujo de circulante como de personas en todo México. La zona sur de Tamaulipas y la entidad en general no son la excepción. No son los pequeños locales de máximo cuatro empleados que pararon, también las grandes cadenas departamentales y hasta centros comerciales se vieron obligados, tras las medidas implementadas por las autoridades federales y estatales. Todavía anoche, un movimiento inusual se generó por la presunta prohibición de venta de bebidas alcohólicas en este periodo. Es quizá la última arista de la pandemia que ha afectado a cualquier sociedad en el planeta, sea de primer o tercer mundo.
Y aunque muchos expertos en estos temas nos advierten de un cambio radical en la forma de pensar del ser humano, hacia él mismo, las personas a su alrededor y el planeta, hay otras que no parecen tener tantos cambios. Lo decimos porque nadie ha levantado la voz para proponerlo: darse un respiro antes de un nuevo proceso electoral, que hasta este día se mantiene en puerta. De ningún partido político se ve una iniciativa para decidir cómo afrontar la renovación de varios cargos públicos, paralelamente con levantar una economía de por sí precaria y con la necesidad de echar a andar una rueda a pasos agigantados, para no afectar los empleos y los ingresos de miles o hasta de millones de familias. Recordemos que en las vísperas del verano del próximo año se convocará a la ciudadanía para la renovación o reelección de toda la Cámara de Diputados, del Congreso de Tamaulipas así como de las 43 alcaldías. Antes del coronavirus, se esperaba una elección en un momento polarizado donde se confrontan la 4T y “los conservadores”. No dudamos que habrá un escenario totalmente diferente, muy seguro con los rostros mencionados anteriormente, más otros nuevos por aparecer al pasar la contingencia. ¿Será necesario celebrar campañas y votación ante la urgencia de trabajo, dinero y estabilidad social? Sí, nadie me lo preguntó; pero en esta coyuntura, es un grave riesgo
FUENTE: Milenio
