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Día 22: cárceles y la enferma no distancia

   

Carlos Puig.

El penal de Cuautitlán, en el Estado de México, está diseñado para alojar 359 reos. Según un boletín del sistema penitenciario de la entidad de enero de este año, ahí vivían mil 510. Después del penal de Chalco-Mixquic es el de mayor sobrepoblación en la entidad. En Chalco hay 2 mil 600 reos donde caben 557.

¿Cómo viven mil 510 personas donde caben 359? Solo imaginarlo es una pesadilla.

Ayer la Secretaría de Seguridad Pública estatal confirmó que cuatro reos y un custodio fueron confirmados como positivos por el coronavirus. Hay otros 19 casos sospechosos entre los reos.

Según el reporte de ayer, se identificó como origen de contagio al custodio que el 31 de marzo tuvo a su cargo la vigilancia de un interno mientras recibía tratamiento médico en el Hospital General José Vicente Villada, donde había casos sospechosos del virus. El 9 de abril, ya no entró al penal porque tenía fiebre. ¿Cuántos reos, hacinados, son portadores? ¿Cuántos familiares que vieron a sus encarcelados podrían haber sido contagiados? Lo sabremos en los próximos días.

Los cuatro internos que resultaron positivos fueron trasladados a otro penal, el Neza Bordo. Ahí hay 2 mil 660 reos; fue diseñado para alojar mil 800, pero ese penal tiene los recursos para atender a los infectados.

En Ciudad de México, desde hace algunas semanas se han modificado las reglas de la visita familiar. En Mérida, ayer se reportó el primer positivo en el reclusorio de la ciudad.

En otros países, los gobiernos han puesto en marcha programas para sacar del encierro a reos con penas pequeñas o a punto de ser cumplidas, a aquellos sin sentencia acusados de delitos menores, a los que regresaron por no haber cumplido los términos de su libertad condicional y otros.

Las cárceles, más aún las nuestras, sobrepobladas y con terribles condiciones sanitarias —son los familiares quienes proveen a los internos de materiales para su aseo e higiene personal, por ejemplo— son el lugar perfecto para que el virus se esparza.

El gobierno federal y algunos gobiernos estatales han emitido protocolos.

Ya veremos si alcanza. Y si a alguien le importa.

Milenio

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