Guillermo Flores Serna.
Como es de todos sabido, el grado de contagio del Covid-19 es extremadamente alto, de ahí los severos efectos: distanciamiento social (aislamiento), colapso hospitalario en algunos países, altas estadísticas de infecciones y fallecimientos, cierre de empresas, desplome petrolero por disminución del consumo de los combustibles fósiles y demás adversidades.
Esta pandemia es tan inusual e histórica que lo que resulte después de ella será nuestra responsabilidad y consecuencia de nuestro razonamiento, dependerá exclusivamente de lo que decidamos hacer para nuestra recuperación personal, social, laboral, económica y/o empresarial.
Por tanto, debemos preguntarnos: ¿qué nos está dejando el confinamiento en favor del crecimiento personal o el incremento de nuestro acervo cultural?, y al mismo tiempo debemos reflexionar con relación a la resiliencia de cada uno de nosotros para enfrentar los cambios, para readaptarnos, para reinventarnos en las experiencias y lecciones que nos está dejando esta crisis. Por ejemplo, nos hemos visto obligados a convivir muy de cerca y con mayor frecuencia con las TI’s (Tecnologías de la Información) y con las RRSS (Redes Sociales), en muchos casos se han estado administrando los diversos procesos de la empresa desde home working, surgiendo liderazgos e iniciativas inesperadas: la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), revela que el trabajo desde casa o a distancia, para empresas y compañías con operaciones en la Ciudad de México, ha incrementado la productividad en un 28%, además de que este esquema de trabajo ayuda a disminuir la contaminación y la saturación de las principales avenidas.
Las herramientas de comunicación y colaboración que hoy usamos nos mantienen cerca, cambian la dinámica escolar y también modifican las características de los consumidores, que ahora han aprendido e incluso se han acostumbrado, a consultar y consumir en línea; la misma tendencia se observa con las operaciones bancarias, lo que ha obligado a los bancos a innovar en sus esquemas de atención al cliente, a tal grado que seguramente cuando termine la contingencia sanitaria, muchas de estas prácticas deberán prevalecer. Esta contingencia nos ha hecho vivir diariamente lo que anteriormente solo veíamos en películas futuristas y nos hemos dado cuenta de que estas herramientas digitales exigen una comunicación y colaboración eficientes, y es ahí donde se encuentra la posibilidad de concretar un cambio de mentalidad con relación a las actividades a distancia, posiblemente impulsando el desarrollo de una infraestructura suficiente, superando limitantes como la baja velocidad de conexión de internet y/o la utilización de dispositivos obsoletos. Hoy somos más virtuales que hace apenas unas semanas, gracias a nuestra determinación de conservarnos vigentes y competitivos.
A través de la historia, la humanidad ha experimentado crisis y éste ha sido el desafío a superar: desarrollar la creatividad, la visión, innovar, romper paradigmas. Estamos obligados a ser protagonistas, a presentar disponibilidad para trabajar en equipo, a aceptar retos, a aprender de la lección que nos está dejando el Covid-19. Están proliferando servicios locales de entrega a domicilio de comestibles, de alimentos preparados y de medicamentos, entre otros servicios; de la misma manera debe evolucionar nuestra actividad a nivel personal y laboral, seamos nuestro propio líder, impulsemos nuestra propia autocapacitación, cerremos brechas respecto a nuestras habilidades, seamos más competitivos. Debemos mantenernos ocupados en acciones constructivas y positivas, procurar actividades para mejorar física, intelectual y socialmente, sin duda, saldremos adelante para incorporarnos a nuevas rutinas, reinventados y con una vitalidad que será mejor para todos.
Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!
Re-Generación 19.
Winston Churchill
Las dificultades dominadas, son oportunidades ganadas».
