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¿Quienes son Los Narcosatánicos? Conoce la historia de culto, santería y sacrificios humanos

La historia de los Narcosatánicos estremeció a la sociedad mexicana en la época de los 80, sus crímenes fueron tan impactantes que inspiraron desde una canción hasta documentales y películas

Seguramente has escuchado el nombre de Adolfo de Jesús Constanzo conocido por los miembros de su culto como El padrino. Adolfo nació en Miami, Florida en 1962, provenía de una familia de refugiados cubanos, tuvo una niñez marcada por la violencia, el robo y malas enseñanzas que le dieron sus padres, en especial su madre, quien desde muy temprana edad comenzó a inculcarle a su hijo los conocimientos y prácticas de la santería, específicamente de la religión Palo Mayombe.

Adolfo fue un narcotraficante, asesino serial y líder un culto conocido como Los Narcosatánicos que dirigió junto con Sara Aldrete, conocida como La Madrina. 

Sara Aldrete se encargaba de reclutar nuevas personas al culto, también de conseguir a otras víctimas para los sacrificios, las cuales aparentemente eran seleccionadas al azar, pero en realidad, todo dependía de lo que el nganga pedía, según las declaraciones de Constanzo, por esta razón es que entre las víctimas hubo adultos, niños y rivales de otros grupos del narco. https://d-38796269823307080647.ampproject.net/2110212130002/frame.html

Los sacrificios solían ser extremadamente crueles, comenzando con torturas y mutilaciones para doblegar a las víctimas, según Constanzo, esto serviría para someter su alma ante el verdugo y que así se volvieran obedientes por toda la eternidad. Después se agregaba el cerebro o la extremidad deseada en la cazuela del nganga, creando un caldo que se le daba de tomar a todos sus seguidores, prometiéndoles que al beber esto, se volverían invencibles e invisibles ante cualquier peligro o riesgo. 

En 1988 los Narcosatanicos se asentaron en un rancho llamado Santa Elena que se localizaba en medio del desierto de Matamoros fue en este lugar donde comenzaron a desatar la barbarie con sus sacrificios sangrientos. Era en este mismo sitio donde ocultaban sus cargamentos de marihuana y cocaína. 

La fama de El Padrino se hizo tan grande, que comenzó a contar con el apoyo no sólo de gente poderosa en la Ciudad de México, sino de altos mandos en Tamaulipas. Los narcotraficantes lo buscaban para que les hiciera hechizos para la buena suerte, los cuales incluían sacrificios de animales.

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